Hosteria de las Monjas en Navalcarnero

Un sitio maravilloso en el que come muy muy bien. Muy buena atención por parte de los camareros

Merece la pena ir, sobre todo las carnes, muy rico

Sitio muy agradable, personal muy atento, bien climatizado ya que cenamos en la terraza...comida súper rica. Buena calidad/precio, volveremos...

Buenisimo el cordero y todo lo demás...los postres exquisitos

Un restaurante ubicado en un antiguo convento, conservando la distribución interior primigenia, lo que tiene de bueno que genera diferentes espacios habitacionales a la hora de comer, con decoraciónes manteniendo el espíritu del antiguo inmueble. Incluso hay una antigua balconada, acristalada, y con radiadores para mantener el confort en los días fríos, e incluso un espacio exterior aterrazado, pero dentro del recinto, que si el tiempo lo permite, está muy bien. En la mesa, bien montada, a destacar la vajilla, que está decorada. El menú, de día laborable, un poco por encima de lo que habitual, es amplio en el número de platos, y contundente, habiendolo anticipado, por cortesía de la casa, con un plato de migas calentitas. Lo que quedó un poco escaso, es el vino que sirven con el menú, una jarrita pequeña de vino. El servicio, prestado por Youssef, verdaderamente elogiable. Tiene dos puertas de acceso, una frontal, la antigua del convento, y otra por la calle lateral de la derecha, en la que encuentras una gran puerta, como las de corral antiguas, en la que pone Taberna, y que da acceso a unantigua bodega, de la que se conservan las tinajas de barro, que se utilizaban antaño para almacenar el vino, y que comparten espacio con una barra de bar, y unas mesas, donde se puede tomar un "piscolabis". En los fines de semana, la carta se coloca en alrededor de los 40/50 €.

Muy recomendable, es nuestro sitio favorito de Navalcarnero, y conocemos todos, somos vecinos. A mis familiares y amigos de fuera de Navalcarnero, siempre loa traemos a que lo conozcan, y repiten siempre. Las mejores croquetas que he comido se deshacen de suaves. Y los asados especialmente buenos, el de cochinillo, mi favorito, muy crujiente...

Lugar excelente, tranquilo con vistas, pudo entrar mi perra y la comida... Unas migas de tapa riquísimas. Un surtido de ibéricos y queso con el lomo excepcional y el queso buenísimo. Sopa castellana muy rica (por poner un pero, demasiado pimentón) y el cochinillo asado excelso, jugoso, piel tostaditas... Y todo en cantidades para no quedarte con hambre. Volveremos.

Muy buena ubicación en un edificio magnífico. La carta es normal y con precios razonables. La presentación y la calidad están bien. El servicio trata de ser muy amable. Admiten perros, lo que me parece muy bien; tal vez deberían publicitar éste tema pues, aunque a alguno le pueda producir rechazo (puede haber problemas alérgicos, solucionables fácilmente manteniendo distancias) habrá una gran mayoría de propietarios de mascotas que lo agradecerá mucho.

Entramos a tomar unas cervezas y nos puso un aperitivo y en la segunda ronda un vino y aperitivo de tortilla que estaba exquisita y pedimos media ración de croquetas estaban muy buenas también y un pincho de tortilla. El camarero fué muy amable y además al.final nos invito al.pincho . Tiene un restaurante muy majo en la.planta de arriba. Volveremos .gracias

Sitio acogedor, buen trato de los camareros, el asado estaba espectacular, carta de vinos adecuada y no cara. Carta de postres muy buena y precios adecuados para la calidad