Hostal Grau en L'Estany

Lo recomiendo muchísimo, comida excelente trato familiar y puedes entrar con tu mascota, dejo unas fotos que hablan por si solas.

Parada obligatoria para todo moter@ y los que no lo son. El trato es muy amable y muy cercano. La comida riquísima.

Si eres motero, este sitio es indispensable

La comida es increíble: carnes, quesos y miel locales. Es una parada favorita de moteros, con un toque todoterreno y típico de Dakar. No te pierdas las patatas fritas (de boniato recién cortadas, ¡un soplo de aire fresco!) y uno de sus filetes de ternera. Ten cuidado con el aperitivo gratuito con miel local, tostadas y diversas salchichas caseras tradicionales. Excelente parada o incluso restaurante de destino. El personal es muy amable. Se admiten mascotas.

Una experiencia inolvidable en el Hostal Grau de L’Estany Fuimos al Hostal Grau recomendados por un amigo, y la verdad es que fue todo un acierto. Desde el primer momento nos sentimos como en casa gracias a la amabilidad y el trato cercano de Pere y Neus, los propietarios, que junto a todo su equipo ofrecen un servicio de diez. Nada más sentarnos nos recibieron con un detalle delicioso: sobrasada casera con miel, chorizo picante y embutidos variados. Un inicio que ya auguraba lo que venía después. Cada uno pidió un primero distinto —caracoles, risotto de ceps y ensalada con queso, etc y todos estaban exquisitos. Los segundos fueron aún más impresionantes: 2 T-bone de un kilo, jugosos, tiernos y con un sabor espectacular. La carne, de las mejores que hemos probado, acompañada patatas fritas y un vino de la casa que elaboran ellos mismos. También producen su propio embutido, la sobrasada y hasta la ratafia, todo con un sabor auténtico y casero que marca la diferencia. Los postres caseros —crema catalana y pastel de queso— fueron el broche perfecto: riquísimos y de raciones generosas, como todo en este restaurante. El local cuenta con dos comedores muy acogedores, uno de ellos con estufa, ideales tanto para una comida familiar como para una escapada gastronómica en pareja o con amigos. El menú (32 €) ofrece una excelente relación calidad-precio, con platos abundantes y una carta amplia donde siempre hay especialidades que merece la pena probar. Además, el pueblo de L’Estany es encantador, con su iglesia y sus casas de piedra, perfecto para dar un paseo antes o después de comer. En resumen, comer en el Hostal Grau es mucho más que una simple comida: es una experiencia gastronómica y humana inolvidable. La pasión y dedicación de Pere, Neus y todo el equipo se nota en cada detalle. Sin duda, volveremos y lo recomendamos con entusiasmo.

Increíble restaurante motero. Ambiente 100% motard. Hicimos esmorzar de Forquilla. Los compañeros tomaron huevos fritos con patatas y carne diversa. Yo me decanté por unos callos. Buenísimos. Lo mejor, mientras esperas te ponen una tabla de embutidos con pan tostado y un tarro de miel que está brutal. Lo único que destaco negativamente, pero que evidentemente no es responsabilidad del local, que lo lleva un personal super amable y profesional, es el bullicio...¿Por qué grita tanto la gente? 🤦🏻

brutal, supercalifragilisticoespialidoso. te ponen un tentempié de sobrasada y miel con pan tostado, te llevan la madera y tú mismo te lo untas, buenísimo. la carne impresionante. para 2 personas, con entracotás postre y tal, debemos pagar hacia 60€ por pareja.

Todo perfecto, dueño muy amable , recomiendo 💯

Supongo que por las carnes debe estar muy bien, pero para los guisos es justito.

Bar / restaurante muy recomendable de parar, hacen buenos almuerzos como para luego ya no comer. Esta lleno de motos siempre