Hostal dels Ossos en Olot

Impresionante. De hecho cada vez que voy por la zona, intento comer allí.

Comida casera bien cocinada y trato agradable

Hace un tiempo comí en el Hostal dels Ossos, cerca de Olot. es un restaurante clásico, justo antes de llegar a la Fageda d'en Jordà, con un ambiente cálido y un jardín abierto donde estar tranquilamente. Lo que más destaca la gente, y que a mí también me convenció, son los macarrones de la abuela, un plato de casa, hecho con sofrito generoso y un toque de grasa de pato, que los hace inconfundibles y de verdad, muy sabrosos. También hacen unas patatas de Olot rellenas, enlucidas y perfectamente fritas, un plato rústico. Otros clásicos muy bien valorados son el remenjado de frijoles de Santa Pau con butifarra y tocino crujiente, y no podemos olvidar sus albóndigas con patatas, ideales para cualquier día y con una salsa bien cargada y natural El servicio también recibe muchos elogios: gente amable, rápida y atenta, que te cuenta los platos. Finalmente, el postre es una sorpresa agradable: la crema catalana y la tarta de queso con sorbete de limón tienen muy buena fama En resumen, el Hostal dels Ossos es un lugar excelente para hacer una parada después de una excursión por los alrededores de Olot. Cocina tradicional volcánica de la Garrotxa, con platos que te encuentras en casa, buen servicio, buenas raciones y un entorno muy agradable. Personas que han ido vuelven siempre por aquellos macarrones, patatas rellenas y la calidez del lugar. ¡Te hace sentir bien!ts buenos y buen ambiente

Van muy ajetreados. La comida no acaba de ser de la calidad que podría ser. La relación calidad-precio ya no es lo que era.

Treinta años después… y sigue siendo excelente. Llevo 30 años viniendo al restaurante Los Ossos y no ha cambiado lo más importante: la calidad y el sabor de su cocina. Las recetas siguen intactas, como si el tiempo no pasara por ellas—auténtica comida casera 100% de la zona, hecha con mimo y producto local. Esta vez comimos de carta y, como siempre, salimos encantados. Los camareros fueron atentos y amables, el ambiente acogedor, y los precios muy razonables para la experiencia que ofrecen. Ah, y cómo olvidar los macarrones—mi clásico de siempre. Quizás no sean los más sofisticados ni los mejores del mundo (¿quién puede decirlo?), pero para mí son insuperables. Siempre me los pido y siempre me hacen feliz. Durante tres décadas, todos los fines de semana salía desde Barcelona rumbo al camping Les Tries, y al menos una vez al mes Los Ossos era parada obligatoria. Ahora vivo más lejos, y sólo puedo venir una vez al año… pero sigue siendo ritual sagrado. Es imposible pasar por aquí sin sentarme en su mesa. Un lugar de toda la vida, que conserva su esencia con orgullo. Volveré siempre.

Excelente menú. Un rodaballo delicioso y una sopita de fresas fantástica. Ahora bien, hemos vivido una situación algo surrealista que si bien no ha sido responsabilidad del restaurante ha hecho que nuestra experiencia no haya sido buena. Nuestra mesa estaba en una pequeña sala con sólo tres mesas más, una de las cuales estaba ocupada por tres hombres que han considerado oportuno colocar un teléfono a modo de televisor para poder ver la carrera sprint de MotoGP a todo volumen e ir comentado de forma no precisamente discreta. Esto ha generado mucho ruido y un ambiente desagradable.

Ingredientes frescos, porciones generosas y un trato cercano que completa una experiencia que querrás repetir. ¡Altamente recomendado para los amantes de la buena cocina casera

Cocina tradicional catalana y garrochina. Con una excelente trayectoria en todos los niveles: cocina y servicio.

Comida bien Restaurante limpio Servicio malo Comimos dos personas la cuenta subió a más de 140€ ningún problema Pero la atención con pocas ganas por parte de las camareras

Una de mis mejores experiencias gastronomicas. Fuí para pasar el fin de semana y volar en globo. Pero el mejor recuerdo que me llevo es haber comido en este restaurante, y lo del globo lo recomiendo. Encontramos lo que buscabamos en este restaurante, comida casera y buen chup-chup. Sabores deliciosos, las carnes se deshacían sin necesidad del cuchillo, los postres espectaculares. No sería ninguna tontería subir un dia desde Barcelona solo por comer aquí.