Harambure es un auténtico descubrimiento en Madrid. Comimos genial: la atmósfera es súper agradable, el servicio es encantador y la comida un diez. Me enamoró la tatin de cebolla, el lenguado estaba espectacular y los postres fueron el broche perfecto. ¡Totalmente recomendable!
Isabel Raventós
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08 Diciembre 2025
10,0
Restaurante de productazo con muy buena calidad en todo
Pedimos el puerro y canelón de entrante. Luego de crudos el atún y el steak (especialmente bueno con la grasa que llevaba y un sabor intenso de 10) de segundo la merluza con huevo frito y el rib eye con patatas fritas. De postre el helado de manzana asada
Alberto Segovia
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30 Noviembre 2025
10,0
Mira, Haramboure es ese sitio donde comes como un dios vasco del siglo XIV… pero sentado en una silla hecha para castigarte por tus pecados. La comida: espectacular. El mobiliario: Guantánamo nivel vasco-francés.
Primero, la parte divina:
La tarta tatin: un 10/10.
Los puerros con txangurro: 9.5. Para ponerse de rodillas.
La merluza con huevo: 8.5, impecable.
Los callos con caracoles: 9, una maravilla que le haría llorar al mismísimo Aitor Elorriaga.
La carne: 7.5, correcta, pero no te cambia la vida.
Y luego… los postres. Mira, yo qué sé qué pasó ahí. Tres postres, uno de ellos un flan tan dulce y tan sin gracia que parecía hecho por un dietista enfadado. Un 4. Y 4 porque no puedo poner números negativos sin parecer cruel.
Pero lo importante: las sillas.
Dios mío, las p...s sillas.
¿Quién decidió esto? ¿El abad de un monasterio cisterciense del año 1120? Tres horas sentados ahí y estábamos cuatro tíos de cincuenta y pico retorciéndonos como si hubiésemos hecho una etapa del Tour de Francia montados en burros.
No tienen forma, no tienen ergonomía… Tienen rencor.
Yo creo que el chef cocina de maravilla porque sabe que, si la comida fuese mediocre, la gente no sobreviviría a la tortura postural y se moriría en el segundo entrante.
Y luego el detalle surrealista:
Restaurante vasco. Personal argentino.
Tres camareros, los tres con acento porteño.
No está mal, no pasa nada… pero choca.
Igual que si vas a un restaurante de Buenos Aires y todos te hablan como jugadores de la Real Sociedad: “¿Querés la chuleta, che?... Aúpa, que hoy el atún viene serio, eh? ”.
Eso sí: nos lo pasamos genial.
La comida vale totalmente la visita.
Pero no volvemos hasta que cambien esas sillas de la Inquisición culinaria.
Haramboure: cocina de sobresaliente, decoración penitenciaria.
Jose Martinez
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16 Noviembre 2025
8,0
Lugar bonito con platos prometedores.
La experiencia se vuelve rara cuando solo te puede tomar nota la jefa de sala/dueña, y tarda más de 20 minutos en ir a tu mesa.
Además su actitud es condescendiente y malhumorada.
La tarta tatin (uno de sus clásicos) estaba como una pasta cruda con mucha cebolla dulce.
El canelón espectacular.
El cassoulet totalmente inundado de sabor a comino.
El postre de bizcocho de leche,con helado de leche ahumada, muy rico.
En definitiva, se nos hizo caro y poco agradable, y no volveremos.
Alfonso Escuredo
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16 Noviembre 2025
6,0
Muy bueno, he ido varias veces y me parece exquisito. Ayer la verdad es que no lo disfruté mucho ya que el dueño o encargado se puso a gritar al personal. Fue muy desagradable.
Luis
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15 Noviembre 2025
10,0
¡Una experiencia gastronómica increíble! Propiedad de una mujer 💜
Aurore FG
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12 Noviembre 2025
10,0
Increíble todo. De lo mejor de madrid. Precios altos pero justificados
Manuel Heredia de Liniers
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12 Noviembre 2025
10,0
Comimos de escándalo! Todo delicioso, especialmente el puerro con txangurro y la tatin de cebollas, que es de otro planeta. El ambiente super agradable y el servicio excelente. Estoy deseando tener otra excusa para celebrar aquí.
Rocío García-Mauriño
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06 Noviembre 2025
10,0
Realmente una gran experiencia todo esta extraordinario el arroz meloso , el
Tartar de lobina y caviar , el
Corderito , y los postres, ahh el servicio
Me encantó
Grandes expectativas que quedaron a medias en esta segunda visita. Sublime velouté con sardinas ahumadas y guisantes de Getaria , buena idea la de los puerros asados con txangurro (demasiado pan rallado le restó brillantez) y magnífica merluza con huevos fritos y angulas (el mérito está en el punto exacto de la merluza, que afortunadamente fue conseguido). La decepción fue el mero negro con coles y emulsión, prácticamente crudo y con resultado indefectiblemente gomoso en boca. Rica pavlova con cerezas en el postre. La carta de vinos es ajustada pero variada y a un precio muy razonable, con excelentes sorpresas(como el buen Chablis de Drouhin que disfrutamos) . Un buen punto el tener una carta de licores para el final de la comida aunque con otra decepción: una única marca de whisky (Dewar´s, buen blended pero ¿solo una?) . El servicio en general es correcto aunque al marcharnos unos de los camareros tras la barra se me quedó mirando fijamente, le saludé para despedirme y continuó mirando sin abrir la boca ni hacer ademán de despedida o atisbo de cortesía. Quizás los gritos que escuchamos desde la cocina aturdieron a algunos de los camareros y ese fue el caso. No es agradable ni recomendable comer escuchando ese pequeño estruendo que surgía desde la cocina . A pesar de todo sigo confiando en la habilidad de Patxi en los fogones y creo que regresaré , aunque nunca hay que olvidar que tras la línea roja de la cocina están los clientes.
Don Diego
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07 Julio 2025
6,0