La Vieja de Jonay Hdez en Palma de Mallorca

Tengo que reconocer que no tenía seguridad en que iba a comer también en un restaurante canario fuera de las islas, bueno, en este caso estamos en otra isla Mallorca, pero todavía me parece más difícil hacerlo bien, sobre todo por lo difícil que es proveerte de buen género.Comimos papas arrugadas, que estaban muy buenas, pero no todas eran papas arrugadas de Canarias, aunque se entiende por las dificultades para encontrarlas y por el precio. Después comimos la piel la piel de morena crujiente, extraordinaria. El pulpo asado riquísimo, y el mojo que lo acompañaba, para mojar una barra de pan entera. El canelón de ropa vieja también muy rico. Los vinos casi todos canarios muy buenos, pero unos precios era un poco altos. En general me gustó mucho la experiencia. No es barato, pero se entiende el esfuerzo.

Hemos visitado La Vieja de Jonay Hdez durante la Mallorca Restaurant Week 2025, y una vez más, la experiencia ha sido excepcional. Este menú especial nos ha llevado por un viaje de sabores intensos, con ingredientes de calidad y combinaciones atrevidas que reflejan la esencia de la cocina canaria reinventada. Desde el bocado de aceituna con gel de ron miel y anchoa, que equilibraba potencia y elegancia, hasta el sorprendente taco de gofio morado con cabrito lechal y piña, cada plato nos ha dejado con ganas de más. Uno de los momentos más especiales de la noche lo protagonizó el huevo relleno de gamba mallorquina, mojo de sus cabezas y alioli de espirulina azul. Aquí hay un secreto que no vamos a revelar, pero podemos asegurar que fue uno de los grandes aciertos del menú, dejando a la mesa boquiabierta con su inesperado giro. Otro plato que conquistó fue la arepa de arroz rellena de carrilleras de ternera con mojo de aguacate, un bocado tierno y lleno de sabor. Y la croqueta de escaldón de gofio con confitura de cebolla umami, cremosa y llena de matices, demostró que la tradición también puede reinventarse con éxito. El único pequeño "pero" de la noche fue la falta de la ostra Mignonnette, que fue sustituida por chips de espárrago verde. Un cambio inesperado, pero que no empañó la experiencia global. El postre estrella, "El Increíble Hulk", fue simplemente espectacular: pastel de queso Majorero, galleta de pistacho, espuma de pasión y microbizcocho de shisho en un equilibrio perfecto entre dulzura y acidez. El servicio fue impecable, como siempre. Cercano, atento y con ese toque especial que hace que en La Vieja uno se sienta siempre bienvenido. Además, acompañamos la cena con un blanco y un tinto de Tenerife, ambos excelentes elecciones para redondear la velada. En definitiva, La Vieja de Jonay Hdez sigue siendo un imprescindible en Palma. Un lugar donde cada visita trae una sorpresa y donde los sabores de Canarias brillan con luz propia.