Granier - Pintores en Cáceres

Sitio para tomar algo, desayunar y merendar. Variedad de pan y dulces. También opciones saladas.

Buen lugar para tomar algo,desayunar ...

Cafetería y panadería de primer nivel. El personal encantador y amable y la calidad de la comida es excelente.

Desayunamos un domingo aquí durante nuestra estancia en Cáceres, y si bien ya conocía de antes la franquicia Granier, reconozco que este local supo cumplir en general con mis expectativas. Lo primero que me gustaría mencionar, es el excelente trato recibido por parte de las empleadas, pues fueron muy educadas y serviciales en todo momento. Con respecto a la limpieza, todo perfecto también. En mi caso pedí un cola cao, zumo de naranja natural, un triangulo de chocolate y también un mini donut. Todo estaba buenísimo, se notaba además el toque casero y me lo cobraron a precios más que competitivos. Le quito una estrella, porque soy muy fan de las palmeras de chocolate, y no me gustó que siendo fin de semana, no tuviesen disponibles. Un fallo importante a mi juicio.

Por lo que se ve en muchos comentarios la gente tiende a criticar en vez de decir lo bueno del sitio (nadie es perfecto) y yo quiero decir que el lugar para ser una franquicia está bastante bien, mucha variedad de pan, bollería, dulces, pasteles, etc (como se comprenderá habrá cosas que no sean artesanales, NO es una pastelería artesanal), y el trato es muy bueno, casi siempre te atienden con amabilidad, otra cosa es que venga uno de fuera tocando los huevos o mismamente estén ellos cansados ya que echarán más horas que los muebles y te puedan poner mala cara, pero hay que tener un poco de empatía por la vida, especialmente nombro a una chica bajita creo que llamada María que me atendió y recomendó divinimamente, aunque las varias veces que he visitado todos han sido muy amables. Por poner alguna pega, a ver si lo lee el dueño/propietario, es que en verano pongan más veces el aire acondicionado y en invierno la calefacción ya que hay momentos que se está mejor fuera que dentro evitando entrar y poder consumir, el mobiliario es súper incómodo son sillas y mesas de madera pequeñas y bajas (parece que estemos en un chiquipark), y una última cosa es que cuando estás abajo no sabes donde está el baño ya que no hay cartel que lo indique y tienes que preguntar y andar molestando al personal.

Genial para desayunar. Los precios son asequibles

Buen lugar para tomar un café y un dulce, pero tuve mala suerte con el encargado, al ser una ciudad turística, la señora que nos atendió no tuvo paciencia alguna para explicarme los productos que ofrecía, (esto fue porque tenía dudas sobre el sabor). ) Incluso desistí de pedir un dulce porque no sé si tendría la paciencia para explicarme los ingredientes... el piso de arriba es mucho más bonito y bien cuidado, lástima que estuviera cerrado. El joven que atendió a mi marido fue servicial y educado, de ahí la buena valoración.

Los desayunos maravillosos, atención de Mari y Alejandro encantadores . Para repetir todos los días. Calidad precio