Gorde Taberna en Bilbao

El ambiente maravilloso, los pinchos increíbles y la tortilla brutal, la atención de los chicos única, pero si quieres probar una buena tortilla aquí es el lugar indicado, la ensaladilla rusa la recomiendo mucho

En uno de los pocos locales del Casco Viejo que mantienen el aire de taberna de toda la vida. Limpio (a pesar de que a la hora que fuí ya había pasado la aglomeración de mediodía) y suficientemente iluminado. La barra es suficiente para un café o un vino, pero es estrecha para comerse un pincho. Afortunadamente tienen mesas altas donde poder sentarte a gusto. Café bien, pinchos mejor, vinos y otros, aún mejor. Los precios están ajustados, teniendo en cuenta la zona. El servicio es rápido y atento. Y tienen algunas portadas de discos en la pared que algunos no conocerán. Ah! Y es uno de los pocos que te dan ticket cuando te cobran. Minipunto para ellos.

Bonito lugar con la música adecuada. La tortilla de patatas Tsampiz y la tortilla de patatas Karbonaraz hay que probarla, aunque preparen tostadas de jamón.

La atención es buena aunque un poco distante. La comida esta buena en general pero ofrecería más variedad. Nos ha gustado probarlo pero no repetiríamos.

Buen local, decoración entre los 60 y 70, pero le da rollito, tienen pintxos y raciones y buena terraza en la plaza. También puedes hacer la quiniela o la primitiva. Lo dicho, local para repetir.

Lugar estupendo para tomar pintxos, el lugar muy agradable, el camarero nos atendió genial, nos aconsejo y comimos estupendamente. Muy recomendable

Fuimos a este bar tras leer las recomendaciones de Google pero descubrimos que lo que más recomiendan es la tortilla y nosotros ya habíamos comido tortilla ese día. Pedimos zamburiñas que estaban exquisitas (recomiendo pedirlas 100%) y un rollito de pollo mechado con col que no estaba nada mal. Nos recomendaron un par de txacolís (uno de ellos muy bueno) y la atención del camarero que nos atendió fue buena. Es un buen sitio para picar algo.

Muy buenas tapas y personal amable. 75/25 locales por turistas en una tarde de julio