Girasol en Santiago de Compostela

Éramos cuatro para cenar. Un restaurante muy agradable con platos tradicionales portugueses, bien preparados. Nada que objetar. Una queja: - Las dos botellas de agua llegaron abiertas: con tapón de corcho. Y al respecto, tengo lo siguiente que decir: No pedimos la primera botella de agua; nos la trajeron y la pusieron en la mesa con los aperitivos (que tampoco pedimos, pero de los que comimos pan, paté y aceitunas). Pensé que esta agua era de cortesía debido al calor. Pedimos las bebidas que queríamos (refrescos y vino verde en una jarra) y luego pedimos otra botella de agua. Aquí, descubrimos que, una vez más, en cuanto llegó la botella a la mesa, el camarero la abrió inmediatamente y el tapón era de corcho. Al pagar, descubrimos que el precio de dos botellas de agua (0,7 litros), de las cuales desconocíamos su origen, era de 5 €. La cuenta (que vimos en casa) indicaba que el agua era "filtrada", pero no nos lo dijeron, ni al poner la primera botella en la mesa (y pensé que era la de cortesía), ni al pedir otra. En otras palabras, bebimos 1,4 litros de agua filtrada por 5 €, que seguro que salían del grifo... - Dos personas de nuestro grupo pidieron un filete cada una, y las otras dos pidieron dos medias raciones, que costaban 9,50 € cada una. Una de nosotras preguntó si su media ración podía venir con migas. La dueña, amablemente, dijo que sí, y cuando llegó la media ración, resultó que la carne estaba incluida, y la única guarnición eran las migas. Entendemos que el señor lo habría percibido así y habría sustituido la guarnición por las migas, en lugar de lo que sería habitual para nosotros (la guarnición más las migas)... Y no dijimos nada hasta que pedimos la cuenta, que nos llamó la atención porque, al final, apareció esta media ración con un precio de 18,50 € (el único precio que nos llamó la atención en el local). El dueño dijo que entendía que habíamos pedido una ración, pero le dijimos que no, sobre todo porque el "tamaño" no era una ración y ni siquiera venía con la guarnición propiamente dicha, solo las migas. Cuando preguntamos el precio de esta media ración, el dueño dijo "sin problema" y, de hecho, lo bajó de 18,50 € a 10 €, y no vimos nada más. Al llegar a casa, descubrimos que la otra media ración también había sido cobrada a 10 € (en lugar de los 9,50 € indicados). No pedimos postre. Por lo tanto, mi puntuación: 3⭐.

Qué lástima que me enteré el último día de mi estancia, pero seguro que volveré.

Comida casera tradicional del Alentejo, bien servida pero sin toques distintivos, desde los entrantes hasta los postres. El servicio es sencillo pero eficiente, rápido y amable. El ambiente es agradable.

Un buen lugar para comer, nos atendieron de maravilla, platos generosos.Muy recomendable

Comida espectacular y la atención de Antonio inmejorable. Lo recomiendo totalmente. Volveremos seguro

Llegamos desde Lisboa a Elvas, encontramos este sitio a pesar de que ya estaba cerrado, el señor nos atendió super bien inclusive llamando al cocinero para ponernos comida. Eligiendo comida que quisiéramos, comida exquisita, trato agradable… excelente sitio lo recomiendo. GRACIAS POR EL TRATO.

Me encanta! La comida de una calidad espectacular y riquísimo, el trato de Antonio inmejorable con una conversación muy agradable. Fue para cenar y pedimos poca comida pero todo estaba exquisito! Repetimos cada vez que podemos 👌🏻

Pasamos una semana en Elvas y ya habíamos pasado por este restaurante sin entrar. Por recomendación de una visita, decidimos cenar allí y nos gustó tanto que volvimos a comer al día siguiente. La comida estaba muy buena y sabrosa (sopa de cazón, gazpacho y cordero de la casa). El personal fue muy atento y amable. El ambiente también era muy agradable y tradicional. El precio estaba en la media. Sin duda, volveremos cuando volvamos a Elvas.

Excelente servicio y muy buena comida. ¡Lo recomiendo!

El restaurante y el personal son muy acogedores, nos hicieron sentir como en casa. Son muy amables y siempre se aseguran de que tengamos todo lo necesario y de que todo esté a nuestro gusto. Optamos por las migas y el cerdo, que estaban deliciosos.