Gastrobar Garum en Cartagena

Lo descubrí gracias a la ruta de la tapa vegana de Cartagena. Un local pequeño pero acogedor, donde ofrecen opciones veganas o vegetarianas de varios de sus platos, por lo que pueden comer juntos y sin problemas personas que coman animales y personas que no. Fui a probar la tapa de la ruta vegana y volví a la semana siguiente para probar su carta, aunque también tienen menús diarios con varios platos. Y de nuevo, te ofrecen adaptaciones de sus platos por si eres vegetariano o vegano. La comida exquisita, los platos de comida grandes, el precio normal. Una buena apuesta si quieres comer casero con alguna innovación. El único problema es que es un local que no se ve a menos que sepas dónde está, en la calle perpendicular a Ángel Bruna, en la esquina donde está la confitería Marín. Si el primer día no hubiera llevado maps activado, quizás no lo hubiera visto. Está en un lugar céntrico pero el cartel está pegado a la fachada, no sobresale, por lo que recomiendo ir con gps la primera vez. Lo recomiendo, por su calidad, atención del dueño y chef creo, que si le indicas alguna intolerancia o elección, se muestra atento y te responde con paciencia, así como te ofrece distintas soluciones de platos según lo que quieras. Se merece todo el apoyo que pueda recibir, creo que su único problema es la falta de visibilidad del local.

Comida muy buena y el menú muy barato y estaba buenísimo

-Cocina casera abundante y con sabor en el corazón de Cartagena- Local pequeño y acogedor con una carta no muy extensa, pero centrada en cocina tradicional y casera. El servicio es amable y rápido. Probamos platos como marineras y bicicletas, tortilla de guisantes, gazpacho casero, cordero con verduras y ternera a la jardinera con patatas asadas, todos abundantes y sabrosos. Hay que elogiar la calidad del producto, el trato cercano y un menú diario con buena relación calidad-precio. Muy recomendable para quienes buscan comida auténtica y bien hecha en Cartagena.

-Cocina casera abundante y con sabor en el corazón de Cartagena- Local pequeño y acogedor con una carta no muy extensa, pero centrada en cocina tradicional y casera. El servicio es amable y rápido. Probamos platos como marineras y bicicletas, tortilla de guisantes, gazpacho casero, cordero con verduras y ternera a la jardinera con patatas asadas, todos abundantes y sabrosos. Hay que elogiar la calidad del producto, el trato cercano y un menú diario con buena relación calidad-precio. Muy recomendable para quienes buscan comida auténtica y bien hecha en Cartagena.

Muy buen sitio. Todo riquísimo!! Los desayunos son muy buenos y siempre hay muchas opciones para comer, incluyendo alguna opción vegetariana/vegana.

Comida muy buena, atención muy amable, comida casera, merece la pena comer que hasta las patatas sean naturales y no de bolsa como en casi todos los bares.

Fuimos a comer y salimos encantados. Es un sitio tranquilo, acogedor y todavía poco conocido, lo cual lo hace ideal para disfrutar sin agobios. Toda la comida es casera. La relación calidad-precio es increíble. Todo estaba buenísimo, pero si vais, imprescindible probar el timbal de berenjena y el tartar de ahumados. De 10. Además, el personal fue muy atento y amable en todo momento, lo que se agradece muchísimo. Y un punto extra: es Pet Friendly. Por lo menos cuando fuimos, había un perrito dentro y nadie puso problema. Nos parece genial que apuesten por un ambiente así de inclusivo. Sin duda, un sitio al que volveremos y que recomendamos con los ojos cerrados. Un auténtico descubrimiento.