Fogar de Breogàn en Lalín

Simplemente espectacular. Fuimos 16 personas para un cumpleaños y pedimos muy variado. Estaba todo muy bueno. Rodicio con diferentes carnes para poder probar y repetir lo que quisieras, picaña, churrasco, parrillada de verduras, gambas al ajillo... todo con bandejas de patatas, ensaladas, arroz blanco, frijoles y plátano frito pudiendo repetir las veces que quisiéramos. A las 12 de la noche tuvimos la sorpresa de una queimada en directo con sus trasgos y brujas incluidos. Un espectáculo divertido y llamativo. Entramos a las 21,30 y salimos de allí a la 1 de la madrugada después de POSTRES,cafés y chupitos. Llevábamos tres niños y aunque pidieron su menu infantil los camareros les ofrecían probar el resto de carnes. Apenas esperamos por la comida y el servicio súper atentos, amables y simpáticos. No pasamos nada de frío y tienen parking para los coches. Repetiremos seguro¡

Un sitio muy enxebre. Muy cuidado y muy rural. Una experiencia estupenda de desconexion y disfrute. El trato y el servicio excelentes. Volveremos sin duda.

Estuvimos en el restaurante y el servicio y la comida muy aconsejable

El sitio está un poco alejado de las grandes cuidades de Galicia, aún así su visita merece totalmente la pena. Una comida espectacular, con platos muy completos y muy ricos. Pedimos un menú de churrasco y quedamos más que satisfechos. La ambientación es de otro planeta, te sentis dentro de una película. Todo alrededor del restaurante es muy bonito. La gente que trabaja allí, se nota que aman lo que hacen. Siempre con una sonrisa y buena predisposición. No me quedé en el alojamiento, pero el restaurante sin duda lo repetiría!

Solamente fuimos a comer y no es la primera vez pero como siempre salimos muy satisfechos tanto del trato como de la comida…….es uno de nuestros lugares favoritos

Entrar ahí es sentirse orgulloso de ser gallego. El lugar tiene un encanto único, y las chicas que nos atendieron fueron súper amables, además de enseñarnos la habitación más especial del lugar, con una escalera preciosa! La comida excelente.

Fuimos a comer con reserva, muy bonito el lugar, a pesar de día que nos tocó (sin parar de llover) la comida excelente, muy bueno el pulpo y el churrasco, y nada que decir de la cantidad!! Hasta que revientas!!!

Fui con mi marido a festejar nuestro 40 aniversario, ya habíamos está antes y muy bien, pero está vez muy mal, pasamos mucho frío, nos tocó comer en el comedor de la piscina y me consta que no éramos los únicos con frío, la ración de pulpo pequeña y le faltaba cocción, estaba firme, el churrasco duro y los trozos de costilla de cerdo duro y quemado, mi esposo pidió pulpo y rodicio , en general bien, pero con el frío la carne no duraba caliente, igual que las patatas fritas, el personal excelente, pero está vez una mala experiencia, deseando terminar de comer para marchar, no se puede tener una ventana mal sellada por donde entra el frío y prender la calefacción antes, ayer ni se notaba, una pena de comida.

Vayamos por partes, el sitio es precioso y muy original, aunque le falta un poco de mantenimiento, los baños podrían ser hasta bonitos, pero no tienen apenas luz, faltan bombillas, no hay jabón para lavarse las manos, y se ve muy descuidado. El servicio está bien, los camareros son amables, aunque a veces se les ve desbordados sobre todo con el menú de rodicio, a mi me saltaron varias carnes, ya que había un grupo grande, y parece que le daban prioridad, pero bueno eso puedo entenderlo, aunque lo normal hubiera sido poner a dos personas para el corte. Ahora vamos con lo importante.. la comida, los menús de churrasco, son aceptables, aunque la carne no es para echar cohetes, pero relación precio-calidad, se puede pasar, lo que es un horror es el menú de rodicio, una de dos, o el cortador no ha ido nunca a ninguno restaurante que tengan ese sistema, o directamente no ha aprendido a hacer la carne, súper quemada por fuera, seca y sin sabor, y lo que es peor.. el corte, en vez de láminas finitas te cortan trozos de un cm de grosor y está totalmente incomestible, esto en cuanto a las piezas de vaca, el resto, como es pollo, chorizo criollo y chistorra, no está mal, al cerdo ni llegué, ya que tardaron demasiado y se me quitó hasta el apetito. Los postres salvan un poquito el resto, pero tampoco son una maravilla. Lamentablemente no recomiendo hacer un viaje hasta allí para comer, por muy bonito que sea el sitio .

Pocos sitios encandilan desde que pones el primer pie en ellos. El acceso al local quizás sea un poco confuso porque no hay (o por lo menos no lo he visto) mucha señalización, de todas formas el GPS te lleva sin el menos problema. Lo primero que encuentras es un enorme aparcamiento lo que hace que el tema aparcamiento no suponga ningún problema. Cuando bajas del vehículo lo primero que encontrarás te enamorará, es un lugar mágico, precioso que entra por los ojos. Distinto, original que lo hace sin duda especial. El jardín es un espectáculo y te invitará a hacer fotos y más fotos antes de entrar. Lo primero que encuentras, en un edificio independiente, es un bar con mucho encanto, decorado con mucho gusto y que el propio olor del lugar te hace sentir genial, miles de detalles que descubrirás cada vez que gires un poco la mirada. El personal es de diez, muy amable y constantemente atento. Cabe destacar que hice noche. Las habitaciones no son especialmente grandes pero sí lo suficiente. Son muy cálidas, bonitas y muy acogedoras, las camas son tremendamente cómodas e incita a quedarte ahí a invernar. El baño impoluto y, en sintonía con todo, super bonito y peculiar, cada cosa que ves en Fogar de Breogán es original y una sorpresa, incluso la forma de darte la clave del WiFi. El restaurante es enorme, de verdad, no sé cuánta gente cogerá ahí pero es muchísima y, como todo, decorado con mucho gusto y encanto. Detalles por todos lados y todo concuerda. Tenía cierto reparo con el tema de la comida porque creía que al tener un aspecto tan característico e identificativo podría hacer que la comida bajase el nivel y qué errado estaba al pensar así. Pedimos rodicio, cantidad en abundancia, de veras, muchísima comida y hasta unas simples patatas fritas estaban buenísimas. Los cortes de carne a cada cual mejor. Todo excelente y el chico que nos venía con la espada estaba atento en todo momento. Un diez para él pero, siendo justos, es que todos sus compañeros y todas sus compañeras eran una maravilla que nos hicieron sentir genial. Tras la cena hay un espectáculo haciendo el ritual de la queimada, clásico en Galicia, y es una pasada, un ambiente increíble, gente super profesional y un momento muy divertido y espectacular que merece la pena experimentar. En el hospedaje se incluye el desayuno. No es el más amplio que he visto pero sí que todo estaba buenísimo y, como no, la chica que estaba en el bar una maravilla. Un lugar que no me llega el momento de volver que me gustó en todos y cada uno de los aspectos, no veo un defecto porque incluso los precios son muy ajustados, recomendadísimo. Por cierto, aunque no era época, tienen una piscina, ideal para el verano.