Fiskebar en Barcelona

Me encantó , fuimos a celebrar el cumple de mi hijo… es muy bonito y con vistas espectaculares, además todo estaba muy bueno ! Hubo un malentendido con las medidas del arroz ( mis hijos se quedaron con hambre) … y nos hicieron de más y no nos cobraron … todo perfecto!!!!

Durante nuestras vacaciones en Barcelona, ​​descubrimos este restaurante por casualidad. ¡Todo un descubrimiento! Todo estaba fresco y delicioso. La bienvenida y el servicio fueron de primera. Un ambiente musical maravilloso. Puedes ir con los ojos cerrados. Gracias por todo.

Bueno, pero esperaba más, como miembro del grupo Tragaluz y gran fan. Menú y platos originales, excelente ubicación con vistas al puerto. Esperaba un servicio un poco mejor, quizás algo deteriorado en comparación con otros sitios.

Fuimos a celebrar mi cumpleaños anoche. Y he de decir que estoy encantada! El restaurante tiene unas vistas espectaculares, la atención de la chica Ana un 10 el sabor de la comida un 10. No pongo las 5 estrellas porque debo dos acotaciones importantes que no están del todo bien 1* si bien es cierto que la comida tiene un sabor increíble el cordero por el precio es muy caro y viene sin guarnición y el trozo es demasiado pequeño 2* Esto va directamente para la empresa. Para ser un restaurante con estas vistas, estos precios y platos tamaño gourmet deberían de facilitárteles un uniforme a sus trabajadores que vayan con el nivel del sitio y de los precios.

Un amigo nos recomendó este restaurante y nos encantó. Pedí lubina con espárragos y brócoli con puré de chirivía. Nuestro grupo pidió pasta, que estaba buenísima; la salsa de berenjena estaba deliciosa, además de croquetas, arroces, etc. La carta de vinos era limitada, solo para copas individuales. El camarero, Juan Pablo, fue encantador y nos dio muy buenas recomendaciones. Lo único que no nos gustó fue el volumen de la música y la selección musical. El postre tampoco fue de mis favoritos. Perdón por no haber sacado fotos, pero seguro que volveremos a este restaurante.

Muy bien ubicado, muy buena comida, personal agradable, una desventaja el sábado por la noche la música de fondo está demasiado alta para que podamos hablar en la mesa.

Todo genial. Un agradecimiento muy especial a la chica que nos atendió. Me dijo su nombre, pero no lo recuerdo (¿Laura? o algo así).

Un lugar muy agradable y cómodo con comida variada y deliciosa, además de cócteles. La sangría estaba especialmente sabrosa y el cordero estaba en su punto. ¡Felicitaciones al chef!

Comida fantástica I servicio mejor. Comimos unas croquetas, calamares y un rodaballo, todo buenísimo los postres (tarta de queso y mouse de chocolate también excelentes) todo ello atendidos y asesorados magníficamente por Laura. Un encanto.

Si no fuera por el servicio, este restaurante podría ser un referente. Fuimos a comer un día laborable, sobre las tres, con la terraza medio vacía. Nos acomodaron rápido, pero a partir de ahí todo se relantizo: tardaron demasiado en traernos las cartas y aún más en tomarnos nota. El personal no parecía estresado, pero el trato era excesivamente campechano, incluso con un punto de sorna fuera de lugar. Y es una lástima, porque la cocina funciona como un reloj. Los entrantes fueron un auténtico festival: tortitas crujientes de atún rojo con chipotle, croquetas de bogavante y un steak tartar impecable. El crudo de pez limón, fresquísimo. De segundo, un arroz marinero sabroso y unos linguine con cigalas al punto justo de picante. Todo estaba buenísimo y muy bien presentado, pero la experiencia global queda empañada por un servicio poco atento y nada profesional. La cocina lo tiene todo para triunfar, pero si no mejora el servicio, el cliente se va con un sabor agridulce. Mejorar el trato y el ritmo en sala no es opcional: es imprescindible.