Finca la Pinada en Molina de Segura

Célebre con mis amigos allí mi 18 cumpleaños y fue todo un escándalo,nos trataron súper bien,buenos precios y sobre todo calidad y mucha profesionalidad,volveremos!!!!

La llegada es un poco que parece que vas a un picadero a pegarte un revolcón en el coche con tu pareja. Por lo demás, el sitio está bastante bien para celebrar distintos tipos d eventos.

Celebramos nuestra boda hace 1 mes y medio en la finca (mayo). Sinceramente, no lo terminamos de superar. Después de lo duro que es organizar un evento así, echas la vista atrás y la mejor decisión fue empezar eligiendo La Pinada. Yvonne es toda una directora de orquesta, como novio, pude olvidarme totalmente de que todo saliera bien, porque ella, Tato y su equipo hicieron que todo saliera impecable. Hemos recibido tanto aquel día como después, múltiples felicitaciones por el servicio del personal, la comida y la organización. La comida, como esperábamos, fue increíble, de cantidad y de calidad; la flexibilidad que te aportan nos permitió que hasta nuestros invitados alérgicos y vegetarianos consideraran que fue la mejor boda a la que habían asistido. Se dice que en las bodas los novios comen poco, beben poco y se pasan el día atentos a todo: aquí ese no fue el caso, lo que lo hizo más perfecto aún. Nos llovió (diluvió) e incluso granizó, pero eso no impidió que la fiesta continuase (recomendamos seguir las indicaciones de Yvonne y su consejo), incluso que le diera un punto épico. Podría escribir durante horas sobre lo perfecto que fue, el que considero el mejor día de mi vida, gracias a todo el equipo de La Pinada que lo hizo posible, pero esta reseña no terminaría. No me queda otra que recomendar, a pies juntillas y ojos cerrados, la Finca La Pinada.

La atención del personal y el menú, ambos perfectos. Para días calurosos deberían tener plan B para poder refrigerar el salón de celebración

He estado en una boda, muy bonito todo. Muy cuidados los detalles

Como invitados, perfecto! Y como pareja a la que dejó tirada el taxi a las 5:00 de la mañana, agradecer a Tato, el dueño, que nos viera ahí sin opciones y se ofreciera a llevarnos al hotel. Mil gracias por tu amabilidad y por la situación que nos resolviste sin conocernos de nada.