19/04/2025: Restaurante de la zona de Campanar con una cocina muy rica y buen producto. Esta segunda vez probamos menú degustación y fue un éxito. Ambiente tranquilo y servicio personalizado. Me encantó…
18/04/2025: Hay lugares que no necesitan levantar la voz para hacerse oír. Restaurante CIRO es uno de ellos. Alejado del bullicio publicitario, propone una cocina que no necesita disfraz: mediterránea, directa y con una personalidad que se cuela en cada plato. Por 80 euros por persona, ofrece una experiencia que, sin pretensiones, apuesta por la coherencia y la honestidad.
La sala, con su mural/pizarra repleto de frases ocurrentes, está pensada para el disfrute sin formalismos, resultando agradable y luminosa. Aunque puede perder parte de su encanto si coincide una celebración cercana. En nuestra visita, el ruido de una mesa grande rompió puntualmente la atmósfera que la cocina se esfuerza en construir. Aun así, el servicio supo mantener el equilibrio sin desbordes, cosa que agradezco infinitamente.
En lo gastronómico, CIRO encuentra el punto justo entre lo reconocible y lo inesperado. Los canutillos de maíz con guacamole sorprenden por sus texturas. El pepito de titaina, firme y sin nostalgia impostada, junto a unas alcachofas con huevo que invitan a detenerse, conecta con la raíz local.
En la parte marina, el salmón marinado con caviar y cítricos, marca una línea de cocina reflexiva sin necesidad de aspavientos. La carrillera de raya al pil-pil plantea una combinación tan arriesgada como resuelta, y la merluza al hervido valenciano con mojama, jugosa y afinada, no busca brillar, pero lo consigue.
La paletilla de conejo glaseada al ajillo, cerró la parte salada con una interpretación sobria y bien afinada de un clásico popular muy mediterráneo.
De postre, el chocolate en texturas remata sin sobresaltos, en un tono amable que deja buen recuerdo.
La carta de vinos, breve pero pensada, encaja sin fisuras. El blanco Cullerot, de Bodegas Celler del Roure aporta frescura. Y el Tantum Ergo Rosé de Bodegas Hispano Suizas, un toque de excelencia sin excesos.
El cremaet, muy tradicional, rico y bien ejecutado.
Déjese aconsejar: el equipo sabe lo que hace y lo transmite con naturalidad. CIRO no necesita deslumbrar, pero deja huella. Y eso, en un mercado lleno de pretensiones, vale más que una estrella.