Etxeko Ibiza en Santa Eulària des Riu

No está a la altura de los otros restaurantes de Berasategui. Tanto el cava como el vino no estaban a la temperatura adecuada, más bien templados. Escogimos el menú “Origen”(150€) los platos correctos, pero poco sorprendente, excepto el canelón de rabo de toro que estaba excelente y en el lado opuesto la merluza y la carne que carecía de sabor. El personal de sala muy amable, aunque denotaba inexperiencia. Me preguntaron si quería cargar la cuenta a la habitación, cuando no estaba siquiera registrado, otra persona podría haberse aprovechado. No repetiría ni lo recomendaría.

No está a la altura de los otros restaurantes de Berasategui. Tanto el cava como el vino no estaban a la temperatura adecuada, más bien templados. Escogimos el menú “Origen” y los platos correctos, pero poco sorprendente, excepto el canelón de rabo de toro que estaba excelente y en el lado opuesto la merluza, que carecía de sabor. El personal de sala muy amable, aunque denotaba inexperiencia. Me preguntaron si quería cargar la cuenta a la habitación, cuando no estaba siquiera registrado, otra persona podría haberse aprovechado. No repetiría ni lo recomendaría.

Pedimos el menú Origen. La comida no es excelente sino más bien normal para lo que se espera de un restaurante donde M. Berasategui pone su imagen (Y lo cobran). La idea de la gilda (atún con jugo de alcaparras y anchoas, le llaman en la carta) es genial aunque a medida que el plato se atemperaba se notaba el exceso del caldo de encurtido que perdura un buen rato después. El canelón de rabo de toro..., igual por el vinagrillo del plato anterior, digamos que sólo sabía a boletus. Si la merluza de por si es algo insípida, las salsas de coco, curry y navajas tampoco aportaban mucho y el solomillo en boca costaba más de la cuenta. Los pases salieron un poco acelerados y a veces llegaba el siguiente plato cuando aún estábamos masticando. Más de una vez también tuvimos que pedir algo de pausa al servirnos el vino. No obstante el equipo de sala es muy simpático y te hace sentir muy cómodo en todo momento. Y al final te llevas semillas de perejil... pues eso es lo que queda.

¡Una velada maravillosa! No estoy seguro de qué esperar, todo fue superado. El menú era extraordinario, culinariamente sorprendente y absolutamente completo. El servicio es cálido, profesional y puntual. Considerándolo todo una gran experiencia. ¡Volveremos!

Fantasia! Hemos escogido el menu corto y ha sido una grata experiencia. Desde el primer snack hasta el ultimo petit four haces un viaje de texturas y sabores que recuerdan al origen de Martin Berasatigui. He de añadir que lo han adaptado todo sin gluten de forma superlativa. La atención de Alejandro, Miriam y Camila se merecen mención especial. Repetiremos. La cubertería cambia en cada plato, y hay algún diseño realmente bonito. Los tiempos entre plato son impecables