Espacio Entreviñedos en Cariñena

Sitio que te sorprende más entrar con la decoración en un pueblo Menú de diseño acorde al precio

Qué bien hemos comido, tradición, originalidad y buen hacer , todo a la vez de un buen servicio

Una experiencia muy agradable si quieres disfrutar de algo diferente.

Un sitio fantastico, un ambiente idoneo para disfrutar de una comida esquisita.

Un 10 en todo. Servicio, comida, trato. Recomendable al 100%

Sorprendente... excelente...los escabeches fabulosos...y el helado de romero de 10...

¡Un restaurante simplemente excelente! Nuestros anfitriones nos llevaron a almorzar al restaurante y estuvo excelente. Platos deliciosos, presentación impecable, servicio amable, todo estuvo perfecto y superó con creces nuestras expectativas. Volveremos en nuestra próxima visita.

El timbal de pulso con parminier de patatas ahumadas es superior el postre de chocolate también los demás platos del menú según mis compañeros también gustaron mucho

Paramos de camino a La Rioja. No teníamos reserva. Estaba lleno. El personal fue súper amable, nos abrieron una sala contigua y pudimos comer. Éramos 7. Era festivo y había sólo menús. Elegimos el menú 3. Todo estaba buenísimo, tanto entrantes, principales y postre. Además muy abundante. Lo único que sentimos es estar de camino y no poder disfrutar de más vino (muy bueno, el de la casa) y tener un pelin de sobremesa. Muy recomendable. Comida, ambiente y personal. Todo de 10

En un día especial como mi cumpleaños, paramos a comer en Cariñena, patria del vino aragonés. Nuestra primera opción estaba hasta los topes y miré otras opciones. La primera, Entreviñedos. Llamé y había sitio. Por fuera no llama la atención pero quien decorase el interior se ganó con creces sus honorarios. Un sencillo menú de 25 euros puede demostrar que sin alardes, se puede comer a un nivel impensable para ese rango. Las cremas iniciales eran deliciosas, la de calabaza, la de verduras , suaves y muy disfrutables. Los primeros, risotto con gorgonzola, supremo, mis alubias blancas con codorniz estofada, un vicio y el timbal de pulpo, muy bueno. el canelón de segundo fue ovacionado. Acabamos con una sorpresa enorme en su helado de romero, imprescindible. encima tuvieron un detalle precioso por ser mi cumpleaños. Enhorabuena a todo el restaurante, cocina y servicio. Volveremos.