En La Parra en Salamanca

Comida de gran nivel, el maridaje perfecto y la atención de 10. Cómo única pega, estaba un poco oscuro, con un poco más de luz se disfrutaría aún más

La imaginación y la magia llevada al plato .en un entorno muy agradable y un personal cuidado y muy profesional

Menú degustación con algunos platos realmente sorprendentes. Si a esto le añades la atención de la camarera ( Lucía) no puedes nada más que decir....... gracias , muchas gracias.

Buen homenaje! La comida espectacular. El trato recibido fue estupendo, el ambiente tranquilo e íntimo, tuvimos el placer de conocer al dueño y coincidimos en que volveremos!

Fui hace unos meses, pero tras haber ido a otros restaurantes Michelín vengo a poner la reseña porque es el mejor hasta el momento según mi opinión. Los sabores son impresionantes y la experiencia única. Además relación calidad precio es insuperable y la atención excepcional.

Muy buen sitio para cenar. Camareros muy atentos. Había una chica, intuyo empezando, que lo hizo fenomenal. La comida muy buena y con un emplatado impecable.

Como chef de más de 15 años, me confunde cómo este lugar tiene una estrella. Mi esposa y yo hemos cenado en más de 50 restaurantes Michelin en todo el mundo y nunca habíamos experimentado tanta confusión en una sola comida. Comenzar su reserva en línea es extremadamente confuso, así que antes de reservar pasé por el restaurante para preguntar si tenían disponibilidad. La señora del frente me dijo: no, entonces pregunto cuándo será la próxima disponibilidad. Hay una barrera idiomática un poco extraña, lo cual es extraño ya que este es un establecimiento con estrella Michelin y entiendo español... pero me hicieron creer que tampoco hay espacios libres para cenar. Mi esposa tenía muchas ganas de probar la cocina local en su máxima expresión, así que reservamos en línea y, por supuesto, aparece mágicamente una mesa. Esto sucede mucho en establecimientos menores, así que lo dejaré pasar. Llega la hora de comer y un empleado diferente de FoH nos saludó calurosamente y nos sentamos. Los camareros fueron incluso lo suficientemente amables como para traer un cojín para mi hijo sin pedir que lo hicieran más cómodo. El comedor estaba bien organizado con 5 mesas en el comedor principal y algunas más en un espacio más privado. Están muy orgullosos de su estrella, ya que verá al hombre Michelin como pieza central de la sala. A partir de aquí todo se volvió muy incómodo. La señora que me rechazó resultó ser nuestro camarero para la comida. Ella dijo que este es el menú y señaló la tarjeta de degustación de 15 platos sobre la mesa. Le pregunté si la degustación de 20 platos estaba disponible y dijo que no estaba disponible para el almuerzo. Luego también dice algo extraño sobre cómo siempre guardan 2 mesas para reservar en línea. No pregunté ni me importó. Que lo mencionara lo hizo incómodo. Ella no trae una lista de vinos ni nos pregunta qué queremos beber, así que tuve que preguntarle si tienen una lista de vinos. Una pregunta estúpida ya que la habitación está rodeada de botellas. Ella trae un iPad y se va. La lista de vinos está "bien". Promedio de la industria de 3 a 5 veces el margen de beneficio y en su mayoría menos de $100. Tienen vinos de fuera de la región pero no vale la pena pedir nada. Por ejemplo, para Alsacia tienen Trimbach Reisling y Pinot Gris por unos 50-60 dólares. El único vino por copa es fortificado y espumoso, lo que significa dos cosas. Pedimos una botella de un blanco local al productor y era aromática y mostraba un almacenamiento adecuado. Parece ser un restaurante pequeño, así que no me sorprendió que no tuvieran un sommelier hasta que... llegaron otras mesas y el sommelier las atendió 😂. La comida fue aburrida y carecía de sustancia. Está claro que el margen alimentario es la principal preocupación. El BoH no tiene una gran capacidad para controlar la sal y la acidez, ya que muchos de los platos eran insípidos y unidimensionales. Lo más destacado de la comida fue el cerdo ibérico asado con piel crujiente y una mayonesa de sesos de gamba que sirvió de salsa para uno de los platos. Estoy escribiendo esta reseña un día después de la comida y, sinceramente, tengo problemas para recordar lo que comí. El servicio en mesa fue correcto. El camarero no fue amigable y probablemente se sintió incómodo al servirnos después de que ella nos rechazó (sinceramente, no nos importó y siempre le sonreímos). En términos de la industria: el personal tuvo un buen servicio y mala hospitalidad. Recomendaría este restaurante a alguien que visite Salamanca y que realmente quiera disfrutar de una excelente experiencia gastronómica, ya que el precio era muy justo. Considerándolo todo, no tuve una mala experiencia y sentí que es una propuesta de valor decente. No vendría aquí por una experiencia gastronómica o un servicio de nivel Michelin. Además, si eres mayor y tienes aspecto europeo, es posible que tengas una mejor experiencia, incluido el servicio del sumiller. Ven aquí si quieres fingir que estás cenando en un establecimiento con estrella Michelin mientras pagas aproximadamente el 60 % del promedio por un establecimiento de 1 estrella y obtienes aproximadamente el 60 % de la experiencia. Vístete como serás juzgado por ello.

Un placer de la vida que nos hace disfrutar y ser felices con los placeres de la gastronómica, buen provecho.

Ahora tienen estrella Michelin ⭐️ pero diría que poco ha cambiado, salvo el local, de aquellos principios con un menú de menos 40€ de calidad y presentación top y un servicio igualmente cuidadísimo. Ahora se ha perfeccionado aún más el servicio , las vajillas( toscas por fuera y delicadas por dentro) , los detalles que acompañan algunos platos … Lo importante es que como todas las veces que he ido , el nivel medio de la comida es altísimo y siempre 2-3 platos para recordar . En general me suelo quedar con los guisos que hay debajo de la presentación de vanguardia de los platos, en esta ocasión con un guiso de oreja y gamba de los aperitivos , la salsa de la lubina con sabor cítrico al final y en especial con una sopa de ajo que tomaría todo el invierno como en verano tomo salmorejo .La sopa venía con una presentación que incluía galleta de aceite , yema y no sé qué más , pero el caldo principal resucitaba un muerto . Tomamos un menu con 9 aperitivos de los que destaco además del ya comentado de oreja y gamba, el de farinato , el bao de cebolleta con papada , el sándwich o oriental de carrillera y el tartar de embuchado con croissant En los 4 principales , además de la sopa y la lubina con su salsa cítrica , me encantó la carbonara de apionabo y yema de huevo. La carne de morucha me gustó pero quizás fue lo menos sabroso de un menú muy potente en sabores . El postre , un homenaje a la calabaza , era una obra de arte visual con una galleta de miel , bollo de calabaza y una crema de azafrán que no empalagaban ( menos mal pues a esa altura de la cena íbamos full y eso que era el menú corto Por último unas chuches ( gominolas, galletitas , …) traídas en una especie de escultura que se asemeja al logo de una parra , de las que me quedo con la frambuesa y la galletita parecida a oreo. En fin, homenaje en toda regla y buenísima cena en este sitio que más allá de premios y presentaciones modernas sigue cocinando excelente .

La comida muy bien con platos sorprendentes y el servicio por parte de Lucía impecable el ambiente del restaurante muy agradable