El Viejo Tito en Sevilla

Ha sido una muy grata sorpresa encontrar un sitio para comer muy muy cerquita del centro de Sevilla, con una muy muy buena comida y además a un precio muy razonable. La próxima vez que vuelva a Sevilla volveré a este restaurante.

Es un restaurante donde la comida está buena. Quizás las raciones son un poco pequeñas para el precio que tienen. Está bonito por dentro.

Maravilloso todo el personal buenísimo muy profesional

Magnífico trato por parte de la chica que nos atendió con gafas de Multiópticas!! Siempre un acierto

Estábamos de paso de viaje por plaza España en Sevilla y no pudimos dar con un restaurante mejor. Tanto la decoración como el servicio y sobre todo la comida. Súper recomendable el paté de ave, el queso brie frito y las croquetas de rabo de toro.

Fuimos sin reserva y acertamos de pleno. Yo era el único sevillano de una mesa de 9 amigos. Improvisamos porque yo no conocía el local y nos encontramos un pedazo de restaurante. Nos atendieron fenomenal y la comida estaba espectacular. Nos reunimos a la mesa: un sevillano, un canario, un alemán, seis venezolanos. Nos fuimos los nueve encantados. Qué ricas las croquetas, las tortillitas de camarones, los chocos fritos, la mini hamburguesa y qué espectáculo el revuelto de bacalao y el chorizo. Nos atendieron fenomenal, nos dejaron poner música porque la sala estaba vacía. Música agradable y a un tono respetuoso. Nos recomendaron sitios para salir porque ninguno vivimos en Sevilla. Es espacio es fantástico. Al llegar a casa me enteré que Viejo Tito es de toda la vida y yo sin conocerlo. Sin duda volveré con más amigos o con familia. Que hace tiempo que no van 🤗 Posdata: nos encantaría tener una foto en un marco en cualquiera de los espacios que tenéis porque fue una noche muy especial y fue un lujo sentarnos a vuestra mesa.

No pongo las cinco estrellas porque avisé que tenía alergia al marisco y me trajeron un plato con patatas que al preguntar,(por la contaminación cruzada),me confirmaron que se hacían en una freidora aparte. La amabilidad del camarero me reconfortó porque todos podemos cometer errores,pero lo importante es asumirlo y aceptarlos. Todo