El Portillo en Burgos

Natalia, una chica encantadora! Bar familiar y super acogedor. Ideal para picotear a un buen precio con unas raciones impresionantes. Me encanta el equipo que hacen!!

Excelente servicio. Eres una dama muy agradable. La comida era divina. ¡Un lugar para volver!

Un lugar muy acogedor y buen ambiente. Laura en su servicio inmejorable. No teníamos reserva y nos hizo un hueco, muy de agradecer. Comimos de picoteo, riquísimo y raciones muy generosas. Tan rico estaba que no nos dimos cuenta de sacar algunas fotos como a la ensalada de ventresca, muy completa y rica y a las croquetas súper cremosas y caseras. La morcilla excelente, las setas a la plancha, las patatas al alioli (riquísimo el alioli), pimientos del perdón y el queso con membrillo. Para chuparse los dedos😋 Todo excelente. Volveremos sin duda, esta vez con reserva y con encargo de cordero asado. Mil gracias Laura por tu hospitalidad y profesionalidad.

Recomendable. Comida bien preparada a un precio contenido. Cómo única pega, las mesas son altas ( las que están dentro ). Disponen de mesas bajas en una terraza cubierta ( en la calle ).

Un bar acogedor y un trato familiar, hemos cenado muy bien y nos lo hemos pasado genial.Calidad en sus platos, las almejas estaban exquisitas, como el bacalao a la Vizcaína y rebozado y la ensalada de bonito estaba de muerte. Repetiremos una y mil veces. La única pega Natalia es que tienes que ampliar el local que se queda pequeño. Mis felicitaciones para las tres.

Un sitio decorado con gusto y la camarera agradable

Sin duda un sitio que no te puedes perder. La comida increíble, pero el trato inmejorable.

Sitio con encanto, todo bueno, muyy bueno, ponen las cañas con amorrr, pero sobre todo, lo mejor es Nata y sus chicas. Un placer cuando venimos sedientos de la bici

Me encanta esta taberna. Es uno de los pocos sitios de Burgos donde ponen "algo" con la bebida. Me encanta la oreja rebozada, los bocartes, las gildas... Todo. Y Natalia, de 10

No puedo dejar éste año 2024 sin poner una reseña a un gran descubrimiento para mí, un bar bodega maravilloso situado al final de los RRCC. Fui invitado junto con mi chica, que sí conocía el lugar, a una degustación de jamón ibérico con motivo de la Navidad y descubrí un lugar muy acogedor, donde te ponen unas cañitas muy bien tiradas, una tapita de cortesía por la que en otros muchos lugares te cobrarán seguro, y una amabilidad y saber estar por parte de las camareras que me sorprendió gratamente. Es un placer encontrar sitios así en Burgos. Sin duda voy a volver