Ir a El Molín de Mingo es una de esas experiencias que te hacen entender por qué la cocina asturiana enamora tanto. El restaurante está escondido entre montes, caminos rurales y paisajes verdes que parecen sacados de una postal. Solo llegar ya tiene su encanto: aparcas, respiras aire puro y te encuentras con una casona preciosa, rústica y acogedora, de esas que te hacen sentir en casa aunque sea tu primera vez.
La comida es, simplemente, increíble. Tradición pura, pero con una calidad brutal. Aquí no vas a encontrar platos modernos ni decoraciones extravagantes: vas a encontrar cocina asturiana auténtica, hecha con cariño, con producto bueno y con sabor del de verdad. Probé sus famosos tortos, el cabrito —tierno, sabroso, que casi se deshace solo— y un arroz con leche que, sinceramente, debería ser patrimonio regional. Todo raciones generosas, de esas que casi te obligan a parar para coger aire antes del postre.
El servicio fue muy cercano. Te tratan como si fueras cliente de toda la vida: explican los platos, recomiendan, bromean sin ser pesados y están pendientes sin agobiar. Se nota ese estilo familiar que tanto se agradece en restaurantes de aldea. Aquí no hay prisas. Aquí se viene a comer con calma, a disfrutar y a pasar un rato agradable.
El ambiente del local también suma muchísimo. La decoración es rural, cálida, con chimenea, maderas, paredes de piedra… lo justo para crear un espacio acogedor que te invita a quedarte. Y si el día acompaña, la terraza y el entorno hacen que la experiencia suba de nivel. Es un sitio precioso tanto para ir en pareja como en familia.
El único “pero” real: es imprescindible reservar, especialmente en fines de semana y festivos. Y además, suele haber bastante coche, porque está en un entorno rural donde no hay grandes aparcamientos. Tampoco es barato comparado con sidrerías de la zona, pero la calidad del producto lo justifica totalmente.
En resumen: El Molín de Mingo es cocina asturiana en su versión más auténtica y deliciosa. Buen ambiente, trato familiar, platos que te dejan feliz y un entorno espectacular. Si quieres comer de verdad, aquí es donde hay que venir. Yo volveré seguro, y además con hambre.
Jese Tree
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10 Noviembre 2025
10,0
Ir a El Molín de Mingo es una de esas experiencias que te hacen entender por qué la cocina asturiana enamora tanto. El restaurante está escondido entre montes, caminos rurales y paisajes verdes que parecen sacados de una postal. Solo llegar ya tiene su encanto: aparcas, respiras aire puro y te encuentras con una casona preciosa, rústica y acogedora, de esas que te hacen sentir en casa aunque sea tu primera vez.
La comida es, simplemente, increíble. Tradición pura, pero con una calidad brutal. Aquí no vas a encontrar platos modernos ni decoraciones extravagantes: vas a encontrar cocina asturiana auténtica, hecha con cariño, con producto bueno y con sabor del de verdad. Probé sus famosos tortos, el cabrito —tierno, sabroso, que casi se deshace solo— y un arroz con leche que, sinceramente, debería ser patrimonio regional. Todo raciones generosas, de esas que casi te obligan a parar para coger aire antes del postre.
El servicio fue muy cercano. Te tratan como si fueras cliente de toda la vida: explican los platos, recomiendan, bromean sin ser pesados y están pendientes sin agobiar. Se nota ese estilo familiar que tanto se agradece en restaurantes de aldea. Aquí no hay prisas. Aquí se viene a comer con calma, a disfrutar y a pasar un rato agradable.
El ambiente del local también suma muchísimo. La decoración es rural, cálida, con chimenea, maderas, paredes de piedra… lo justo para crear un espacio acogedor que te invita a quedarte. Y si el día acompaña, la terraza y el entorno hacen que la experiencia suba de nivel. Es un sitio precioso tanto para ir en pareja como en familia.
El único “pero” real: es imprescindible reservar, especialmente en fines de semana y festivos. Y además, suele haber bastante coche, porque está en un entorno rural donde no hay grandes aparcamientos. Tampoco es barato comparado con sidrerías de la zona, pero la calidad del producto lo justifica totalmente.
En resumen: El Molín de Mingo es cocina asturiana en su versión más auténtica y deliciosa. Buen ambiente, trato familiar, platos que te dejan feliz y un entorno espectacular. Si quieres comer de verdad, aquí es donde hay que venir. Yo volveré seguro, y además con hambre.
Josua Tree
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10 Noviembre 2025
10,0
Comimos allí 4 personas, y aunque los últimos kilómetros hasta llegar al restaurante la carretera es bastante estrecha, una vez allí el lugar es una maravilla, es acogedor, una casita de piedra ideal, con una decoración muy cuidada y acorde con el lugar.
Nos decidimos por el menú largo, que incluía una mantequilla de mejillones, croquetas de jamón y compango, ensaladilla, berenjena rellena de bacalao, fabas con calamares, albóndigas de gochu asturcelta, torto y arroz con pitu, estaba todo increíble, los postres pedimos cuatro distintos para compartir, muy ricos, el personal muy amable, repetiremos sin duda.
Ana Rosa Fernandez
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01 Noviembre 2025
10,0
Excepcional. Platos especiales, originales y muy, pero que muy, sabrosos. Una maravilla. Servicio amable, atento y acogedor. El acceso y localización para nosotros fue un plus, aunque puedo entender que al estar muy metido en el monte, pueda ser intimidante para otras personas. Seguid hasta el final aun cuando penséis que os habéis equivocado; al final del camino os esperan sorpresas que merecen la pena. 100% recomendable.
Edu
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27 Octubre 2025
10,0
El restaurante es precioso al igual que los alrededores, muy cuidado y decorado con mucho gusto.
La comida estaba genial, nosotros pedimos el menú largo y todo riquísimo, la cantidad más que suficiente, incluso es posible que te cueste el último plato pero está todo tan rico que haces el esfuerzo.
El servicio es perfecto, súper amables y muy pendientes en todo momento! Repetiremos sin duda!
Alfonso Ruiz Gonzalez
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26 Octubre 2025
10,0
Sitio estupendo, el lugar es precioso y la comida excelente. Escogimos el menú corto y nos sorprendió la cantidad de comida, la relación calidad-precio muy bien. El servicio fue también excelente, todo el mundo súper amable y atento en todo momento
Paula Martín
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25 Octubre 2025
10,0
Mi esposa y yo disfrutamos hace poco de una comida fabulosa en este maravilloso restaurante. Está enclavado en un lugar precioso y apartado de la campiña asturiana, pero el viaje merece la pena. Nos encantó el ambiente cálido, rústico y acogedor creado con tanto cariño. Pedimos el menú "corto", que fue más que satisfactorio. La comida estuvo muy bien concebida y elaborada, desde el pan casero caliente hasta los postres perfectos. El servicio fue amable y eficiente. ¡Gracias!
Bill Nason
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23 Octubre 2025
10,0
Todo extraordinario, una auténtica experiencia en todos los sentidos.
Roberto González Fernández
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23 Octubre 2025
10,0
Restaurante muy bonito en un enclave fantástico. Complicado el acceso por un camino más parecida a una senda forestal que a una carretera pero bueno, tiene su encanto. Sólo tienen menú largo o corto,
Cocina de autor en esencia . Las croquetas bien, el bonito escabechado con piparra excelente, sin duda lo mejor.Las fabes con manitas de cerdo y calamar sin sentido , sobran o el calamar o las manitas, para mí el calamar está de más. El arroz con Pitu bien sin más alharacas.
wychoso
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13 Junio 2025
6,0
Es un Restaurante con estilo y con clase. El personal muy amable y servicial. El menú largo que fue el que probamos, estaba espectacular y a muy buen de precio. El sitio es único por encontrarse entre la naturaleza. Repetiremos sin duda. Muchas felicidades por hacernos sentir especiales.
Sissy C
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02 Junio 2025
10,0