El Gaucho Italiano en Vilafranca del Penedès

He venido dos veces y está todo buenísimo

Volveré aquí con frecuencia. Creo que la relación calidad-precio es excelente. Las empanadas y las costillas de res fueron especialmente destacables.

Hacía tiempo que no disfrutábamos tanto de una cena justo a nuestra medida. Un local cuadrado, bien distribuido, con iluminación bien conseguida para crear cierta intimidad y relax. El servicio muy bueno tanto por parte del dueño que nos aconsejó en todo momento como el camarero muy correcto en su atención. Llegamos a reservar por leer tan buenas reseñas y realmente no nos equivocamos. Cada detalle era una manera de mimarnos, desde la presentación de la mesa, pasando por los platos o la bolsa de botella de vino. De primero compartimos un aperitivo gaucho que lleva un poco de cada plato para que lo pudiéramos probar. Por cierto: delicioso. Muy original y cada receta en su punto. De segundo un plato fue de pasta (estaba segura que sería al dente) buenísima y el otro plato obviamente fue de carne. Sabrosa, poco hecha y para chuparse los dedos. De postre compartimos un alfajor y nos tomamos unos cafés con su toque italiano. Toda una experiencia que resaltó nuestra noche y un descubrimiento para siempre. Muchas gracias!!!

Un hallazgo, siguiendo las orientaciones de las recomendaciones de Google Maps, hemos ido a parar a este pequeño paraíso de la buena comida. Ciertamente el cuidado por los detalles de la cocina italiana se ha conjugado a la perfección con la base rústica y el sabor ancestral de la carne pasada por el fuego. Una amplia selección de pastas para sorprender los sentidos con la intensidad de los gustos y la alegría de las combinaciones. Y un abanico de carnes de diferentes texturas, precios y acabados, para satisfacer a todos los paladares. Recomendación: arranque con el entrante de la casa, una muy buena introducción al mundo gastronómico del Gaucho Italiano. ¿Y el postre? ... Ya lo escribéis vosotros en su reseña .... ¿Y el café? Delicioso.... Y aceptan grupos de personas: increíble compartir espacio con una mesa de 12 personas y poder susurrar con tu pareja...

Muy bien la parrillada y las empanadas.

Viste cuando entrás a un restaurante y pensás “ojalá no me cobren fortuna por un bife”? Bueno, es acá. Arranqué con las mollejas, qué decir…. doraditas, tiernas, con ese punto justo entre el cielo y la culpa. Después vinieron los ñoquis, suaves como abrazos de la abuela. El asado… mamita. Jugoso, con ese olorcito que te hace escuchar el himno de fondo mientras lo comés. Y cuando pensamos que ya estaba, aparecieron como Moria y Susana en el Maipo: un tiramisú y una panacotta de dos sabores…. Un espectáculo. Dignos precios, sabores gloriosos y un nivel de placer gastronómico que debería venir con advertencia médica.

Nos dejamos llevar por las reseñas y acertamos! El lugar acogedor, cálido y con buena música de fondo (en el volumen ideal para poder conversar, importantísimo!) La comida… desde los entrantes hasta los postres riquísimo todo! Acompañamos con un Malbec y ya nos dieron ganas de de volver. Recomiendo al 100%

Excelente lugar para una buena cena con productos de calidad, muy buenas recetas italianas y argentinas, el camarero es muy amable y simpático, lugar muy recomendable.

Un mezcla perfecta entre Italia y Argentina. Los entrantes són increíbles y la pasta también. No dejéis de probar los postres

Descubrimos este restaurante al final de nuestra estancia y nos arrepentimos. Todo es perfecto de principio a fin, el mejor restaurante que encontramos en los alrededores de Sitges. Relación calidad-precio inmejorable. Servicio impecable con asesoramiento experto tanto en platos como en vinos. No lo duden, hay que fomentar este tipo de establecimientos para que no desaparezcan.