El Favorito en Sevilla

Las tapas estaban sabrosas y combinaban perfectamente con el vino y el vermú.

El Favorito se ha convertido en uno de mis bares de tapas favoritos en Sevilla. Desde que llegamos, el ambiente fue cálido y acogedor, con ese aire auténtico que tanto se agradece cuando buscas una experiencia local. La comida fue simplemente espectacular: pedimos croquetas de morcilla que estaban cremosas y llenas de sabor, una pringá que te hace cerrar los ojos de lo buena que está, una carrillada ibérica tierna y jugosa, y una tortilla de gambas que fue una grata sorpresa. Todo perfectamente presentado y con ese toque casero que te hace sentir como en casa. Pero lo que realmente marcó la diferencia fue la atención. Juan y su colega Alberto nos trataron de maravilla, con una amabilidad y dedicación que ya no se ve en muchos sitios. Estuvieron atentos en todo momento, explicando cada plato y recomendando con una sonrisa. Gracias a ellos, la experiencia fue aún más especial. Sin duda, un lugar al que volveré cada vez que pase por Sevilla. Muy recomendado si quieres tapear bien, en un ambiente agradable y con un servicio excelente

Pedimos las gambas y alcachofas y muy muy buenos. El solomillo d cerdo estaba rico y las gambas no las repetiría. La atencion buenísima. Fuimos un domingo y había poca gente

Un lugareño nos recomendó este lugar. La comida es buena; si estás por la zona, es un buen lugar para visitar.

Excelente sitio si te apetecen unas buenas gambas al pil pil 👌

Muy buenas tapas. Comimos pimientos rellenos, una delicia.

Me gustó mucho el bacalao y las espinacas con garbanzos. Un bar de tapas delicioso y el precio está bien.

Pedí la tortilla de camarones, montadito de pringa y unos boquerones fritos. Todo excelente. Buena atención y ambiente. Buena relación precio calidad.

Ubicado en pleno centro, este restaurante nos ofrece terraza y un amplio salón. Su carta es muy variada, con gran cantidad de tapas y raciones. Acudimos para cenar y pedimos dos anchoas de Santoña, una pavía sevillana y tapas de boquerones en vinagre, pescado en adobo, bacalao con tomate y montadito de pringá. Con una maceta de cerveza y un refresco, la cuenta fue de 38,80 € para dos personas. En general, todo muy bien, el sitio es bonito, a la hora que acudimos estaba muy tranquilo, la comida estaba buena y la atención, excelente. Lo único que no nos gustó fueron las anchoas, que a un precio de 3,20 € por unidad me parecieron ridículas (ver foto), ni punto de comparación con las que he probado en otros establecimientos, incluso más baratas. Salvando esto, lo demás, muy bien.

Se sirven una gran variedad de sabrosas tapas. La ubicación es céntrica y muy bien decorado. Una tapa sorprendentemente buena fue la alcachofa. No te lo pierdas.