El Ermitaño en Benavente

Comida exquisita, trato exquisito un ambiente muy agradable y un lugar con encanto. Todo el personal super atento, amables...

Hice una parada a propósito durante un viaje porque me lo habían recomendado y me llevé una decepción. Tal vez me equivoqué pidiendo. Me gustan los crudos, pero esta vez me resutó todo muy pesado. Elegí el menú degustación:snacks, 2 entrantes, plato principal y postre, todo a elegir de la carta excepto los snacks. Pedí lechal, que según me dijero, es su especialidad y para mí estaba muy salado. Para terminar, me dejé guiar por el camarero con el postre y aunque la propuesta a base de tomate, helado y albahaca era muy interesante, resultó no ser de mi gusto. Eso sí, el personal es muy atento y profesional y la decoración de lugar está muy bien.

Una experiencia perfecta, desde la llegada hasta el momento de salir. La comida es fantástica, nada que envidiar a ningún otro restaurante. Un sitio que merece la pena, con todo muy cuidado.

Estaba muy ilusionada y expectante por vivir esta experiencia gastronómica, realmente espectacular, los platos cuidadosamente preparados y armonizados, el servicio detallista tanto de la comida como del vino. El ambiente acogedor y mágico. Muy merecido la renovada estrella Michelin y se queda corra para la calidad y servicio ofrecido. Volveremos !!! Porque estas experiencias son únicas si te gusta la gastronomía. Gracias por vuestra amabilidad

La experiencia perfecta,trato cercano y encantador y por supuesto la calidad de sus platos.

Sitio muy recomendable, comida deliciosa, el chef va a cada mesa y se preocupa por cada comensal. Una parada obligatoria.

Insuperable en calidad, servicio y cariño de los hermanos. M.y T.

Una cena increíble y un servicio de 10. El chef muy atento con los comensales. Y la buhardilla genial para tomar algo después

Paramos en el restaurante porque nos habían hablado muy bien nuestras familias sobre él. Para llegar es un poco lioso porque es como por un camino, pero si vas con el maps lo encuentras fácilmente. En cuanto llegas el ambiente es maravilloso, con música incluso fuera en la entrada. Te reciben y te guían hasta donde tengas que ir. Aquí hubo un gesto feo por parte de la de recepción y no se si por las pintas con las que íbamos o qué, pero nos dijo que no podíamos subir al salón porque estaba completo y teníamos que quedarnos abajo con la carta de picoteo. La cosa es que a los 5min vino un grupo de 4 personas y cuando les recibió a ellos les dijo rápidamente que si querían subir arriba había un tiempo de espera de 10min, cosa que a nosotros NO nos ofreció. Quitando este mal sabor de boca por ese trato, los demás fueron excelentes. La delicadeza en poner el pan, protocolo de servir y quitar las copas de vino. El consejo sobre qué tipo de vinos puedes elegir. Repito, excelente. La comida... quiero mucho a mi abuela, pero como las croquetas de cecina que probé aquí... no las he probado nunca. Pedimos chorizo picante, las croquetas de cecina y torreznos. Estos últimos muy crujientes, pero en Ávila están mejor. Aconsejo pedir las otras croquetas que había antes que los torreznos o que la ensalada que tenía las hojas de lechuga gigantes. Se aparca muy bien y MUY aconsejable hacer reserva para que no os pase como a nosotros.

Cuando llegamos al no tener reserva nos atendieron en la sala del bar.El servicio muy atento .la cecina estaba algo reseca