El Corralón del Embalse en Pinilla del Valle

Muy buena atención y uno de los asados de cordero más ricos que he comido.

Excelente ambiente, muy familiar y acogedor. Fuimos cinco para comer y cogimos dos raciones, una de morcilla envuelta y otra de croquetas de boletus (muy rico todo). Cogimos un chuletón para tres (aconsejo poco hecho), entrecot y chuletillas de cordero. Para acompañar los principales pedimos por encargo patatas barrera (muy ricas y muy similares a las “revolconas”). De postre copas de helados y natillas caseros. Destacar el servicio y la rapidez, pero sobre todo el ambiente acogedor del sitio. Repetiremos sin duda.

El lugar es muy bonito, decorado con mucho gusto, pero se les ve estresadas, quizás por falta de personal teniendo en cuenta que había mesas vacías. La comida correcta, los precios son elevados comparado con otros restaurantes de la zona, quizás por el encanto del comedor. Solo decir, que con las cervezas deberían poner algún aperitivo para empezar, es algo básico. Por lo demás, seguro repetiremos, además la zona es preciosa para andar.

Lugar precioso. Trato muy bueno. Caldos y sopas humeantes pero frias ¿¿¿??? Rabo de toro mucho hueso, mucha grasa, poca carne y frio. Entrecot adecuado. Setas muy ricas Café de cafetera de goteo, supongo que no tienen express. Berenjenas rebozadas pero sin berenjena, estaba hueco. Cachopo sin queso. Precio demasiado caro para lo que ofrecen.

Luegar bonito, aunque mesas muy juntas en la parte de arriba. La comida mejorable para el precio que supone. Muchas cosas no son caseras, son de lata y te lo quieren colar. Pedimos queso de cabra y nos pusieron un envase tal cual de Mercadona en un plato, de queso feta en cuadrados. Ni lo probamos, pedimos que nos lo cambiarán. Los pimientos asados, sin más, en un plato de postre tal cual, poquísima cantidad, eso sí caseros. Las croquetas riquísimas, besamel muy bien hecha, pero poco jamon. La carne, bueno...yo pedí chuletas de cordero y solo pusieron 5, además bastante hechas y algo secas. El acompañamiento mucho que desear, patatas panadera, que estaban frías y unos pimientos rojos que estos si eran de lata. El resto pasable, judiones y chuletón, que tenía bastantes nervios, pero con sabor. Los coulant eran también de Mercadona, con un toque de frutos rojos, para despistar. La atención bastante básica, pedimos una botella de vino y no fueron capaces ni de servir la primera copa. La persona que nos atendió bastante borde y con caretos cuando devolvimos el queso. No creo que volvamos, me ha decepcionado.

Acogedor, buena comida y bien ubicado.

Gran sitio para comer en un lugar muy bonito al lado del embalse de pinilla

Seis años después vuelvo al Corralón y la mejora es evidente. Con las dos cervezas de entrada ponen un aperitivo rico. Los primeros, setas a la plancha (lástima que no haya boletus) y los trigueros, bastante bien. Nosotros tomamos rabo de toro y pollo en pepitoria y las dos cosas muy ricas. Regado con un buen vino y rematado con dos postres caseros, flan y tarta de queso, muy buenos ambos, terminas la comida de la mejor forma posible. Y de postdata un par de digestivos, a cuenta de la casa, para disfrutar de la sobremesa en un lugar muy acogedor, con la chimenea encendida y la calefacción puesta, en el primer día de frío y lluvia de este otoño. El servicio, eficiente y agradable. De precio... acorde con el lugar. Ah, no había reservado y había sitio, lo que es poco usual en estos tiempos. Quizás el día lluvioso ayudó a que no hubiera tanta gente. Así que, creo que volveré cuando me encuentre por la zona

Lugar especial y único para celebrar tu boda o ir a comer. Para quienes se quieren casar aquí; Hablamos de un lugar con encanto rustico, cuidado hasta el último detalle con comida muy rica. Tiene un límite de unas 115 personas (creo recordar) divididos en diferentes plantas. Las plantas superiores tienen una especie de balcón hacia el centro del restaurante que es donde se coloca la mesa nupcial. Con alzar la mirada ves a la mayoría de los invitados "cerca" de ti. La zona de baile no es enorme pero es suficiente y facilita que los invitados estén cerca e interactúen fácilmente. Hay una zona ajardinada contigua donde salen quienes no quieren bailar, estar más tranquilo, fumar...y es el espacio donde se celebra el cóctel. Se puede celebrar una ceremonia a unos minutos andando del restaurante justo delante del embalse de Pinilla. Quedan unas fotos impresionantes, de cuento. El trabajo de todos los trabajadores, en especial Olga y Lola, es espectacular. Siempre atentas, dispuestas a ayudar en lo que haga falta y dando facilidades en todo lo que propongáis. También proponen alguna dinámica muy acertada para que la celebración no pare en ningún momento. Muy cuidadosas con el tema de comidas especiales por alergias e intolerancias.El precio está ajustado y sinceramente no podemos ponerles ni una pega. Un 10. Os animamos a ir a comer un fin de semana y conocer su comida y encanto.

Un lugar acogedor tanto para invierno como verano, terraza exterior, confortable, la gastronomía variada y muy bien elaborada. Buena atención .