El corral del pato en Gata de Gorgos

Ejemplo de cómo pasar de 10 a 0. Local dejado por completo, te pegas en las sillas y las cartas tienen toda la mugre pegada (del corral no es). La atención nula. Lo que era un disfrute, ya ha pasado a ser una mala experiencia. Eso sí, te cobran como antes aunque no lo valga. Las cocas, unas del día y otras secas de días anteriores. Las chuletillas son chuletas y duras. En fin, una pena.

La comida está bien, pero deberían de avisar al reservar la mesa que los arroces los tienes que encargar, lo mismo sucede con los platos más especiales, ya que necesitan al menos tres horas de adelanto. Nos pusieron una copa de vino con tres bichos dentro que me sobran. Los aseos están un poco dejados, papeleras sin vaciar, luces que no funcionan o cisternas sin pulsador. Por 86€ para dos personas se puede pedir que se cuiden los detalles.

Muy rico todo, en especial el cordero con setas. Los entrantes también muy ricos. Los postres sin embargo no nos llamaron mucho la atención, y después de probarlos no nos encantaron. Una cosa pena no haber podido estar en terraza, ya que dentro el ambiente es un poco sin más. Lo bueno es que aceptan perros tanto dentro como fuera.

Un auténtico restaurante español, como si el tiempo se hubiera detenido. Carta reducida con productos frescos, todo preparado a la brasa. ¡No tengas prisa!

Desgraciadamente. Conoció tiempos mejores. Servicio lento. Les coques cada vez son más pequeñas. El pan ya no lo hacen ellos. El pulpo asado estaba amargo de tan pasado de coccion

Esta es la reseña que quería dejar para el restaurante el sábado? Hemos estado en este restaurante antes y anteriormente dejó comentarios positivos, pero nuestra visita el sábado a la hora del almuerzo fue muy decepcionante. La comida era buena en general, aunque el conejo estaba mal cocinado. Desafortunadamente, el servicio realmente decepcionó la experiencia. Mi plato fue limpiado antes de que mi esposa hubiera terminado su comida —que se sintió apresurada— y nos entregaron menús de postres mientras ella todavía estaba comiendo su plato principal. Esto nos hizo sentir apurados, a pesar de que todavía había otros comensales en el restaurante, por lo que no era como si estuviéramos sobrepasando nuestra bienvenida. Estábamos deseando postre y café, pero decidimos pedir la cuenta, pensando que tal vez el personal estaba teniendo un mal día. Intentamos pagar con tarjeta, pero el camarero insistió —bastante agresivo— en que necesitábamos pagar en efectivo. Le explicamos que no teníamos ninguna, momento en el que afirmó que nuestras tarjetas no funcionaban porque eran inglesas. Esto se sentía innecesario y conflictivo. Cuando mi pareja le ofreció su tarjeta española, parecía irritado, pero luego procesó con éxito el pago usando mi tarjeta original de todos modos. Luego nos tiró el recibo, lo cual fue increíblemente grosero. Tristemente, después de esta experiencia, no volveremos.

Llevo visitando este restaurante más de 10 años. Y cada vez que venimos aquí es como estar en casa. Nuestros platos favoritos no cambian y son igual de deliciosos. ¡Gracias!

Almuerzo bajo el árbol Excelentes vinos Al horno se debe pedir con antelación

Comida tradicional en un local muy acogedor. Todo estaba riquisimo. La unica pega es que le pedimos si podia hacer un plato fuera de carta debido a condicionantes alimenticios y no pudieron. Por lo demas genial! Actualización: después de volver varias veces, hemos pedido un plato para vegetariana y lo han preparado sin ningún problema. El trato del dueño genial!

Si tienes prisa para comer, no vayas. Si quieres comen bien, no os lo perdais Tanto el establecimiento, como Toni (el propietario), son agradablemente peculiares. Gastronomía típica mediterránea, muy del lugar y con una calidad del producto, más que bueno. Si os pilla estar cerca y queréis comer bien, es el lugar adecuado.