El Campo en Santanyí

Buenisimo todo. Ensalada, croquetas y lo mejor, porcella!!! De postre crema catalana, espectacular i gato discreto, un poco seco aunque lo compensaba el helado. El servicio lento pero muy amables.

Hemos estado en este restaurante tres veces (y probablemente la última vez). El anfitrión, Pepe, es sin duda una persona muy cálida y amable que recibe a sus huéspedes con encanto. Desafortunadamente, eso es lo mejor de este lugar. Aunque el restaurante estuvo completamente lleno durante la primera semana de enero (probablemente porque muchos otros lugares todavía estaban cerrados por vacaciones), tuvimos que esperar casi 20 minutos solo para que nos sirvieran agua. Fueron necesarias repetidas solicitudes antes de que finalmente pudiéramos hacer nuestro pedido de comida. Pepe es conocido por traer aperitivos al azar a la mesa sin preguntar. Esta vez tuvimos que devolver unas gambas harinosas y malolientes. Los aperitivos que pedimos fueron decepcionantes: el tataki de atún parecía cuero viejo y seco y sabía igual de mal. El plato principal, la carne, esta vez estuvo bueno. Sin embargo, cenar aquí es como jugar a la ruleta rusa en lo que respecta a la calidad de la carne. Si desea pedir vino para acompañar su comida, prepárese para que Pepe ignore sus preferencias y le traiga una botella de su elección. En definitiva, este restaurante está muy por debajo de su potencial. Si bien la amabilidad del anfitrión es un buen toque, no es suficiente para compensar las evidentes deficiencias en el servicio y la calidad de la comida.

Comimos allí varias veces durante las vacaciones y pasamos noches fantásticas. Se ven a sí mismos como anfitriones que reciben calurosamente a sus invitados desde el primer minuto y los miman hasta el último minuto. La comida era realmente excelente y pudimos ver cómo se preparaba la carne en el fuego abierto de la chimenea desde nuestra mesa. Desafortunadamente, las vacaciones terminaron demasiado rápido; de lo contrario, hubiéramos estado allí más a menudo, ¡pero estamos ansiosos por volver! ¡Todo lo mejor hasta entonces!

Restaurante rústico con buena comida y buenos vinos. Los camareros aquí siempre están de buen humor y son divertidos: ¡eso es contagioso!

Bonito lugar para comer. La comida, el postre no muy especial, sale directamente de la nevera. Bonito, pero eso es todo.

Servicio súper lento, aunque amigable (incluso al pagar), a pesar de que había pocos invitados. La comida era mediocre, el filete ibérico estaba bastante duro, la salsa de pimienta era de calidad instantánea. Gato(s) en libertad en la habitación de invitados. Ambiente: funciona así (podría hacer más con él). Menú grasoso, lo que podríamos haber interpretado como una señal de alerta. Recomendación para los que estén por la zona: gastar unos euros más y acercarse a EL BAUL o L'Aurora.

Trato excelente y arroces muy ricos.

Nos atendieron super bien en este restaurante teniendo el detalle de sacarnos un pan tostado a la leña con tomate con un jamón ibérico delicioso, tienen una carta de vinos extensa y con vinos excelentes. Me faltaron muchas cosas por probar que sin duda volveremos. El sitio es muy agradable. Y lo mejor es el olor a leña cuando vas al baño, huele a infancia.

Anfitrión súper agradable que a veces deja su restaurante fuera por un tiempo si llegas tarde. La comida está muy bien preparada y solo se puede recomendar 👌

Estábamos de pasada y entramos muy temprano apenas abrieron. Tuvimos suerte porque para la noche estaba ya completo. Recomiendo llamar y reservar. La comida muy rica, nos atendieron muy bien y se que volveremos.