El mejor sitio para comer de la jacetania sin duda, eso sí, llama y reserva
Cristobal Domènech Palazón
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21 Marzo 2024
10,0
Muy bueno todo,,,el servicio genial
Modes Cabeza
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25 Febrero 2024
10,0
Riquísimos huevos rotos con patatas fritas caseras
Pedro Joaquín Lafuente
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23 Febrero 2024
8,0
Cantidad calidad estupenda, trato muy amable un sitio para volver.
Blanca Gonzalez
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23 Febrero 2024
10,0
Un bocata de jamón cojonudo,tanto que de no haber sido por falta de tiempo,me hubiese comido otros dos,por lo menos.
Manuel Marco
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16 Febrero 2024
10,0
Debería poner un poco más de calefacción, se pasa frío. La comida y el servicio fenomenal.
Manuel Revilla
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10 Febrero 2024
8,0
Todo muuy bueno un trato especial y casero y la comida expectacular sobre todo el chuletoon😍😍
ibrahin loukili
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03 Febrero 2024
10,0
Menú calidad precio insuperable.Disfrutamos de la especialidad , la ollita de Sant Cilia. La presentacion y calidad de los productos es muy buena.La atencion del personal muy atenta y simpatica con el cliente. Sin duda regresaremos. Viajamos con autocaravana y justo enfrente del restaurante disponen de una zona amplia para vehiculos.
Jordi Benito
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31 Enero 2024
10,0
Comida tradicional muy bien elaborada, trato excelente. El ambiente muy acogedor, la única pega, no admiten perros ni en terraza.
tom_sp658
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24 Noviembre 2023
10,0
El Restaurante El Bosque es una magnífica excusa para conocer otras opciones gastronómicas fuera Jaca. Apenas 15 minutos por la vieja carretera a Pamplona aprovechando el paisaje o la opción rápida de autovía hasta Santa Cilia, a 2 minutos del lugar. De “entrante y de postre”, diré que desde su ambientación a la presentación de los platos y, por supuesto el servicio, un acierto total, como lo fue reservar porque en domingo, “lo petan”.
Comida en pareja donde la variada oferta de un acertado menú de 18€ es una magnífica opción, carta al margen. Elegimos con unas jugosas y cremosas Espinacas con crema de boletus gratinadas con queso de cabra y una Olleta de Santa Cilia, solo para valientes, con judías, costilla, morcilla, cardo, cebolla y demás verduras, coronadas por guindillas, cuya ración bien daba para dos platos generosos y nada pesados a pesar de los ingredientes.
Para segundo, un churrasco y unas conservas caseras, de las de toda la vida y que no se ven demasiado en la oferta culinaria, y que inevitablemente te trasladan a sabores tradicionales y de la infancia de muchos lugares. Ambos con patatas panaderas al punto y bien condimentadas. Platos aparentemente contundentes pero que no resultan pesados, por la calidad del producto y su elaboración, sin duda.
En los postres mayoritariamente caseros, apostamos por una leche frita y un puding de higos, ambos de soberbia elaboración y sabor.
La oferta se completaba con un vino de rioja de cosecha, muy aceptable, aunque la afición puede encontrar lo mismo en vinos de la tierra, altoaragoneses incluso, para más señas. Sería un agradable guiño aragonés, nunca una crítica.
Si la cocina fue llamativa, el servicio no lo es menos, con Eva dirigiendo el operativo, ese intangible que aporta el trato amable, cercano y cordial que suma al final en toda visita gastronómica.
Como dio el General MacArthur hijo, “Volveré”.
Ar S
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03 Octubre 2023
10,0