El Balandro en Llanes

Si te gusta el pescado, este es tu restaurante. Carta variada con muchas opciones de pescados. El servicio es muy bueno, son super majos. El restaurante es muy bonito. Nosotros cenamos en la zona del limonero (crítica constructiva, pondria un altavoz para oir musica porque se oye mucho al personal de cocina y barra). Restaurante muy recomendable.

Muy recomendable con vistas al puerto!

Estoy muy agradecido a los camareros porque se adaptaron a nuestras necesidades debido a la lluvia y al viento, y estuvieron súper atentos. Por otra parte, la comida estaba deliciosa, especialmente las zamburiñas, y el precio era bastante razonable

Fuimos a cenar y la comida está espectacular, sobre todo la lubina y las rabas. El ambiente es acogedor y el sitio es muy bonito. Es para volver al 100%

¡Nos hemos divertido muchísimo! Éramos cuatro adultos y un bebé en cochecito, y encontramos sitio sin problema. Al principio nos atendió un camarero joven que, evidentemente, no tenía mucho interés en que los clientes quedaran satisfechos. Pedimos una merluza a la parrilla para compartir entre los cuatro. El pescado estaba espectacular, pocas veces hemos comido uno tan bueno. Lamentablemente, la guarnición fue escasa: apenas media mini patata por persona. Acompañamos con una botella de vino blanco. Durante la cena, empezaron a llegar cada vez más hormigas voladoras a la mesa, hasta que el equipo del restaurante decidió apagar las luces y, de repente, nos quedamos a oscuras. Eso no debería pasar si ya saben que este problema ocurre. Al menos podrían haber puesto una vela en la mesa. Después de unos 10 minutos volvieron a encender la luz. Una persona tenía una hormiga voladora dentro de su copa de vino. Al pedir una nueva copa, le informaron que ya no quedaban copas de vino y le trajeron un vaso de sidra. Increíble. Esto después de que el pescado fuera servido de manera bastante torpe. En resumen, nos reímos muchísimo, sobre todo por el equipo del restaurante, que fue sorprendentemente poco competente, incluyendo al responsable. Se nota que el lugar vive principalmente del turismo.

Un sitio idílico y tranquilo, un buen servicio. El picoteo de 10, gambones buenísimos, zamburiñas espectaculares y las croquetas muy ricas tmb. Todo acompañado de una sidriña. Volveremos sin duda. Gracias por todo 💜

Un sitio muy bien ubicado con una atención maravillosa. Daniel, el responsable, es un amante del pescado que disfruta mucho del placer de sus comensales. Pescados de primera calidad a precios no prohibitivos. Muy recomendable.

Es un restaurante super recomendable, con una terraza preciosa al borde de la ría. Está genial para cenar, decorada con lucecitas, música agradable y muy buen ambiente. La comida muy buena. La lubina está espectacular, una de las mejores que hemos tomado. Buenísimas también las croquetas, con mucho sabor a jamón. Y los frisuelos con compota de manzana riquísimos. Los camareros muy atentos y simpáticos. Todo perfecto. Conviene reservar, porque está muy solicitado. Y llevar una chaqueta, porque a veces corre el aire y hace fresco.

Hemos cenados dos días en el balandro. Caímos ahí tras no conseguir mesa en otro restaurante de la zona y fue lo mejor que nos podía haber pasado. Que descubrimiento! No hemos repetido más por falta de días pero seguro que volveremos. No puedo añadir mucho más a los numerosos comentarios positivos. De hecho, me sorprende bastante que los haya negativos. Como se menciona en otra reseña, no me cuadra con la realidad. Para mí este local es de 10. Parece un negocio familiar atendido con gran profesionalidad. Dani es un crack, amable, simpático y muy honesto en sus sugerencias. Pedimos muchos platos el primer día y, a pesar de que somos de buen comer (con dos adolescentes activos), Dani nos recomendó pedir menos dada la generosidad de los platos, y estaba en lo cierto. Comimos un rodabayo y dos ventrescas de segundo con dos entrantes, y los terminamos porque estaban deliciosos y porque Dani apostó a que no lo conseguiríamos, pero acabamos llenos. El segundo día aprendimos la lección, y seguimos su sabia recomendación con una lubina y un pixin. Todos los pescados exquisitos, los mejores que hemos comido. Son la especialidad del restaurante y lo bordan. Eso, unido a un entorno idílico (preciosa terraza con vistas al puerto), y una gran atención (puedo nombrar a Aitana, pero todas las camareras merecen también elogios), hacen que El Balandro pase a formar parte de nuestros restaurantes preferidos. Si a eso añadimos una buena relación calidad precio, es para recomendarlo sin dudar.

Una terraza en el puerto con unas vistas preciosas. La comida de calidad y bien elaborada. El servicio bueno. Un acierto elegir este local de forma casual. Lo recomiendo totalmente.