4,4 de puntuación.
Realmente en atención y cocina merecen casi cinco estrellas. Las camareras, no sólo amables, sino muy efectivas. Había muchas tablas, no tardaron excesivamente en ningún plato. La comida por encima de la excelente, nada que envidiar a los famosos "asadores" de Barcelona. Es más, diría que igual o incluso mejor. Me atrevería a decir, que el "Lechazo" me ha gustado más que en Segovia. Quizás porque los productos son de calidad, tal y como esgrime la etiqueta del lechazo, de "Cárnicas Cuadrado", quizás uno de los mejores proveedores de corderos de la península. Después concretaremos más con la comida, pero supongo que se preguntarán: ¿Cómo puede ser que todo sea tan perfecto y sólo haya llegado al 4,4? Pues por el ambiente. Nos colocaron en un reservado, pequeño, donde la mesa con menos comensales era la nuestra (7 personas). Al ser tan pequeño, tan cerrado y haber tanta gente, los ruidos de las otras mesas impedían que nos escucháramos entre nosotros y además nos obligaban a levantar más el volumen, por lo que optamos por hablar poco y evitar así una escalada decibélica que acabara resultando en una auténtica olla de gajos. Además en una de las mesas, alguien iba apagando sin querer las luces (supongo que con el contacto de la silla con el interruptor) y en la otra mesa aparte del alto tono, sólo faltaban los niños con el móvil jugando con los altavoces (sin auriculares).
Creemos que MERECE PENALIZACIÓN querer aprovechar tanto el espacio, a expensas del bienestar de los clientes.
La comida exquisita (como he dicho antes) con unos entrantes muy bien recomendada por las camareras (en tipos y cantidad) como por ejemplo: "morcilla de Burgos", "pimientos del piquillo", "picadillo", "timbal de atún" y "Pochas". Las morcillas bastante hechas, que acompañadas con tiras de piquillo, combinaban perfectamente. El picadillo, muy bueno, parecido a lo que comimos en Asturias, no repetía, estaba justamente especiado, los otros dos no puedo dar porque no los probé. Para beber, refrescos, colas y vino de la casa con gaseosa, pero al ver que era un Ribera del Duero (aunque era un cosechero), pecamos y mezclamos, aunque después lo bebimos solo.
De segundos, pedimos "Lechazo" y "Cochinillo", los cuales vinieron acompañados por el cuenco de ensalada típico de los "asadores" ( creemos que justo, por la cantidad de platos, yo hubiera puesto dos).
Como he dicho antes, el sabor estaba sino en la media, un pelo incluso por encima: el lechazo muy bien cocido con sabor extraordinario y el "tostón" crujiente de fuera (la piel hacía el típico creo-creo) y muy tierno por dentro, cuya carne, bañada con el caldo que te llevan en un pequeño cuenco, le acentuaba el sabor, haciéndolo quizás el ganador de los "asadores". Postre variado: "Leche Frita", con el punto justo de canela sin llegar a ofender (dos triángulos); impresionantemente bueno), unos abisinios de crema: Una especie de pequeños bocadillos de pan de leche, llenados de crema con una sensación de estar un poco tostados con azúcar por encima. ¡Brutales!, trufas de chocolate, un tartufo de limonchello, y uno de Ferrero Rocher (ambos helados).cortados cafés y... los sorbos ("chupitos"). Nos sorprendió que nos dejaran dos garrafatas y nos pusiéramos lo que quisiéramos. Muy buen detalle. ¿El precio? NO PODEMOS DECIR QUE SEA CARO, porque a excepción de las molestias ambientales, comimos muy bien y en la cantidad adecuada. El precio no sería muy diferente en otras "asadoras", contando que no nos faltó de nada. El aparcamiento es otro hándicap, pero acabas encontrando cerca.
EN RESUMEN, SI QUIEREN EVITAR IR A BARCELONA Y COMER UN BUEN LECHAZO O UN BUEN GARRINO, VAJAN TRANQUILOS, QUE APUESTAN A CABALLO GANADOR. Si ven que el reservado ya hay gente, pidan otro sitio, de lo contrario si aún así deciden que las mesas de alrededor les envuelva la conversación y deciden quedarse, DE LA COMIDA Y DEL TRATO NO SE PENDERARÁN. UN MUY BUEN LUGAR.
Rubèn
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10 Marzo 2024
8,0