D'KAÑAS en Huesca

Muy buena comida. Excelente servicio y precios honestos.

Restaurante pequeño, algo remoto, bienvenida muy amable y después de extensas explicaciones y consejos sobre el menú, ¡comida deliciosa! ¡La especialidad (el tartar de sardinas) estaba deliciosa! Muy recomendable si quieres comida auténtica.

Comimos muy bien, personal super amable, lo recomendamos.

El servicio muy bueno, gran variedad de cerveza.

Este excelente restaurante ofrece platos originales y muy bien cocinados. ¡La bienvenida es cálida y volveremos con mucho gusto!

La comida muy buena. El trato excelente y un ambiente muy alegre. Todo estupendo.

Bar de tapas muy acogedor. Las especialidades de la casa son excelentes, como lo son los calamares y los panini, además del jarrete asado, el tartar de sardinas y el carpaccio de ternera. Todo a un precio razonable.

La cocina muy bien. El lugar correcto. Los precios un poco altos. Los dueños agradables pero en una relación puramente mercantilista. Es decir cuidado te sonrien, te hablan pero mas les interesa encajar (finalmente son como casi todos pero te hacen creer que no...). Moralidad: la gentileza tiene que ser real no fingida. Si no mejor incluso ser desagradable....

¡¡Qué joya!! Desde las primeras palabras se siente la simpatía del jefe (que conoce todo el barrio). Y el plato tiene mucho amor por los placeres que ofrecer. Un callejón tranquilo, dos mesas afuera, una habitación pequeña, pero con mucho placer en los platos. Cervezas locales, "especialidad de la casa" que disfrutamos (por un precio muy razonable) En definitiva, ¡todo está dicho! D'kañas, ¡la dirección que no debes perderte en Huesca!

Pequeño restaurante descubierto por casualidad durante nuestro paseo por las calles de Huesca. ¡Y qué descubrimiento! Un cosito que no parece gran cosa, con una terraza muy pequeña de 2 mesas pero que alberga una pequeña joya de la cocina española. El menú es conciso y se compone únicamente de productos frescos y caseros con sabores igualmente suculentos. Nos hubiera gustado probarlo todo, pero por la noche nos faltó el apetito. Para colmo, los propietarios son muy amables y cálidos. Una dirección que no debe perderse, ¡vaya con los ojos cerrados! Si volvemos a Huesca, sin duda volveremos!!!