La comida estaba sabrosa y los precios normales. Los camareros están muy atentos y la zona en la rambla junto a la vía del tren, con las palmeras y la playa.
Un buen restaurante de comida griega.
Cuenta con una extensa y variada carta de platos del país heleno, desconocidos para muchos de nosotros.
Un mundo de sabores, muy bien condimentados, aliñados y preparados que hacen del almuerzo o cena un momento muy agradable.
Buena relación calidad precio, con platos muy abundantes.
Todo fue muy bueno, servido por unos camareros muy simpáticos, agradables, de fácil conversación y empáticos con el cliente.
Un lugar para probar sabores diferentes a los habituales.
Totalmente recomendable.