Didedas - Café / Restaurante Georgiano en Madrid

M muy buena experiencia, la comida deliciosa y el personal superamable!

El lugar perfecto en el centro de Madrid para descubrir cocina georgiana de calidad y estilo familiar en un ambiente acogedor.

Solo decir que volveré. Ya había probado la comida de Georgia pero aquí me ha sabido mucho más rica y es posible que tenga que ver con lo amables que son todos y que eso se transmita a la comida. Nos explicaron todas las dudas y la verdad disfrutamos. Cómo tengo que probar más cosas volveré seguro.

¡Los mejores sabores georgianos! ¡El mejor anfitrión! ¡El mejor ambiente!

Es increíble, definitivamente tienes que probar el khinkali. Masa ideal, relleno ideal, cocción perfecta; esto no se puede comer ni en Georgia. Un juego de sabores y un gran regalo del chef al cliente.

Un gran descubrimiento en el barrio. La comida es muy tradicional y muy rica, y el servicio es excelente. Se agradece mucho la amabilidad y lo bien que te tratan. La comida estaba buenísima. Volveré.

Experiencia espectacular! El trato al cliente exquisito, super atentos y explicando con detalle la carta y recomendaciones. Lugar muy familiar y agradable. Super recomendado 🥳

Pequeño local con una comida excepcional. Trato impecable. Muy recomendables sus vinos .

Nos gustó mucho la experiencia de comer algo diferente, atención impecable. Recomendamos el gebjalia como entrante en verano!

Un lugar muy acogedor con un ambiente cálido y acogedor. La comida fue una delicia: — Khinkali con masa fina, relleno de carne jugoso y adjika picante y sabrosa; hacía tiempo que no probaba unas tan buenas. — Khachapuri adjariano con auténtico queso georgiano y un toque ácido característico. — Pkhali: fresco y sabroso, con algunas variedades en la carta. — De postre, pedimos medovik: delicado, no demasiado dulce, bien empapado. La carta de vinos es pequeña pero muy bien cuidada. Gran selección de vinos naranja (principalmente de Valencia) y algunas botellas georgianas. Un lugar que vale la pena visitar, aunque solo sea para tomar una copa de vino y un aperitivo. La dueña es una encantadora georgiana. Toda la experiencia fue muy cálida y emotiva; sin duda, un lugar al que volver.