Cuando Sali de Cuba en Madrid

Es un gran ambiente, y la comida realmente deliciosa. Como una persona que no pisa su tierra hace más de 6 años, puedo decir que ha sido una excelente cena.

Comida cubana excelente y auténtica. ¡Igual que en casa! Y además, unos mojitos buenísimos. Los viernes y sábados por la noche hay música en vivo. Un lugar imprescindible para desconectar de la comida española.

Valla que almuerzo tan bueno muy rico todo

Muy buen lugar para comer. La camarera jovencita con rizos un 10, nos recomendó la tarta tres leches, una locura. La recomiendo, pedí para comer ropa viejos y tostones, riquísimo. Y esa cerveza cristal cubana. De los mejores bares del centro y calidad precio lo mejor

Muy rica la comida y las chicas del servicio súper amables y sonrientes.

Hoy por hoy que un restaurante no tenga la opción de Contaminación Cruzada para Celíacos por freír todo en la freidora, es de TRACA, es tan fácil como utilizar aceite nuevo en una sartén y freír sin contaminación cruzada. Que vayas a comer tostón y no puedas hacerlo por estos detalles, ya te dicen todo del restaurante. Comida sin sabor, tamal muy simple, platos escasos, nada que ver con la auténtica comida cubana. No recomendable 👎

Restaurante de mi tierrita Cuba, un sitio sencillo y a la vez espectacular, la atención, la comida, la rapidez del servicio y el ambiente de 10👌, he salido súper satisfecho con todo, sigan así🙏

Como si estuviera en Cuba, gracias.

Todo muy rico. Bien cocinado. Los torreznos (Chicharrones cubanos) SUPERBUENOS! El tamal muy bueno! Solo una pequeña sugerencia: En el menú del día, el plato ppal viene acompañado de arroz blanco y ensalada; considero que podían agregar, de manera opcional, un pequeño pozuelo de frijoles negros, como un extra que se pague a un precio módico, 2€, por ejemplo. Creo que sería muy positivo y no creo que perjudique al restaurante. Éxitos!!

Cuando nos apetece disfrutar de auténtica cocina caribeña, este restaurante es siempre una apuesta segura. Su ubicación, en pleno centro de Madrid —entre la Puerta del Sol y la Plaza de Callao— lo hace muy accesible, aunque conviene ir a pie, ya que se encuentra algo escondido entre las calles del corazón de la ciudad. El local es amplio y respira Cuba por cada rincón: la decoración evoca con acierto la calidez y el colorido de la isla, creando un ambiente acogedor y genuino. La carta fiel a la tradición culinaria cubana, con una variedad que invita a volver para seguir descubriendo nuevos sabores. En esta ocasión, optamos por unos Plátanos Maduros fritos, una Santiaguera y arroz blanco como acompañamiento. El resultado fue excelente: sabores bien logrados, sabrosos y auténticos, que evocan el paladar cubano como si uno estuviera comiendo en una casa particular de La Habana o Santiago. El servicio, como en anteriores visitas, fue muy amable y atento, lo que suma al disfrute general. En cuanto a la relación calidad-precio, resulta más que razonable, sobre todo considerando el nivel de autenticidad de la propuesta gastronómica. Un reconocimiento especial al equipo de cocina, cuya labor muchas veces permanece en segundo plano, pero es clave para transmitir con fidelidad la esencia de la cocina cubana. Mi enhorabuena a esos cocineros y cocineras que, desde los fogones, nos regalan un pedacito de Cuba en cada plato.