Cruix en Barcelona

Los entrantes fueron increíbles (recomiendo las albóndigas con parmesano), la paella estaba deliciosa y las ostras, sublimes. La camarera insistió demasiado en que pidiéramos un plato principal, a pesar de que nos negamos repetidamente.

Mi esposo y yo caminamos 20 minutos desde la estación hasta este restaurante por su recomendación Bib Gourmand, y nos sorprendió gratamente comprobar que superó nuestras expectativas, alcanzando el nivel de una estrella Michelin. Desde los aperitivos y platos principales hasta los postres, el sabor, la presentación y la textura fueron excelentes. Los platos incorporaban muchos elementos de la cocina asiática, y como asiáticos, los sabores nos resultaron verdaderamente deliciosos. Sin duda, volveremos a este restaurante en nuestro próximo viaje. La relación calidad-precio es excelente; pidan el menú degustación de 66 €, ¡no lo duden! Les recomendamos reservar dos horas para disfrutar plenamente de la comida.

Una experiencia gastronómica espectacular. Sobre todo para un almuerzo en España a este precio. Tiene una excelente relación calidad-precio. La propuesta principal es la fusión de la cocina europea con ingredientes asiáticos, lo cual es fantástico.

Fuimos a comer un día con mi familia y con el local lleno, así que sabíamos que no sería fácil mantener el servicio perfecto… y aun así, la experiencia fue muy buena. El menú degustación tiene platos muy cuidados: algunos realmente espectaculares (el arroz con socarrat es un 9), y otros un poco más discretos, pero todos con sabor y presentación trabajada. El ambiente es animado, acogedor, aunque algo caluroso cuando está lleno y pedimos varias veces el aire pero nada. Las mesas están bastante juntas, pero eso le da un aire de restaurante “vivo”, con energía, aunque puede resultar un poco incómodo si buscas mucha intimidad. En cuanto al servicio, se nota quién realmente se involucra. Cris, un chico alto muy profesional, supo manejar la sala con calma y eficacia, incluso en un día tan lleno y con tanto calor. Explicó los platos con detalle, estuvo atento sin ser pesado y mantuvo una actitud impecable, haciendo que la experiencia fuera más agradable para todos en la mesa. Se nota cuando alguien disfruta de su trabajo. No todo fue perfecto: algunas compañeras de sala estaban un poco desconectadas y el sommelier a veces reaccionaba con impaciencia o malas caras hacia su equipo de trabajo. En resumen: la comida es buena, el ambiente intenso pero con encanto, y el servicio, cuando está bien hecho, eleva la experiencia Cris es un ejemplo de profesionalidad en sala, y gracias a él la visita se sintió cuidada y fluida, incluso en una noche complicada. Definitivamente volveremos.

Experiencia exquisita y llenadora

Nos llevó un buen rato arrancar: tardaron en traernos la carta, en que alguien tomara nota y en servirnos el agua y una copa de cava; pero a partir de entonces todo fluyó con muy buen ritmo. El personal estuvo muy atento, especialmente Maite. Sin embargo, tuvimos que pedir la cuenta tres veces y, al final, nos acercamos a la barra a pagar mientras cinco camareros estaban allí charlando. La comida fue muy buena en general: platos sabrosos, bien elaborados y servidos a la temperatura adecuada. Algunos son visualmente atractivos pero poco más (cheeseball de parmesano). El espacio y ambiente del restaurante fue la mayor de las decepciones. Las mesas están demasiado juntas, así que es difícil mantener una conversación privada o íntima sin que la mesa de al lado se entere de lo que hablas. Nos fuimos con la ropa oliendo a cocina, cosa que no es nada agradable y que no esperas en un restaurante con cierto reconocimiento (recomendado por Michelin). Lo peor de todo fue la temperatura en el interior: hacía un calor insoportable. Lo comentamos a la camarera, pero no hicieron nada. El aire acondicionado estaba apagado, y cenar sudando desluce el excelente trabajo de una cocina de alto nivel.

Posiblemente mi restaurante favorito de Barcelona. He venido varias veces y nunca decepciona. Creo que el 90% de los platos son excelentes, mientras que el resto son más experimentales y, sencillamente, no son del gusto de todos. El servicio siempre es estupendo y me encanta el ambiente de la pequeña terraza. Ideal para una cita romántica 👍

Menú degustación muy recomendable. Las croquetas y el rabo de toro, espectacular. Algo más flojo los postres. Por 66 euros es espectacular

Fantastica comida en Cruix. Este pequeño restaurante nos ofrece tres menus degustación que comparten platos, y que van de menos a más cantidad. Escogimos el de en medio, ni mucho ni poco, 56€, sin bebidas ni pan ni café. Como tal menú degustación no esperes encontrar gran cantidad, pero sí que es suficiente para sentirte satisfecho. Los platos muy buenos, a destacar el churro de bacalao con alioli, y la crema de anguila ahumada. Evidentemente el arroz, espectacular. El restaurante sencillo, sin manteles, el servicio muy bueno, muy joven. Las mesas demasiado juntas, con lo que oyes el masticar del de al lado, el único pero. Buen restaurante para ir a comer o cenar. No excesivamente caro para el tipo de cocina que ofrecen.

Muy buena Comida, productos extraordinariamente bien elaborados y buen precio. El servicio es muy amable. Un imprescindible en Barcelona.