Cibus en Vallromanes

Un lugar magnífico, tranquilo y apacible. Perfecto para un fin de semana romántico. El restaurante era excelente, con una gastronomía exquisita. El spa estaba impecable, con servicios de primera categoría y un ambiente zen con velas y música. En resumen, ¡no lo dudes! No hay nada de qué quejarse, todo fue perfecto.

¡Precioso hotel rodeado de naturaleza! No hay nada cerca, ni tiendas, y los servicios son caros. El acceso en coche es difícil porque el camino de tierra está lleno de baches; cuidado con los vehículos con poca altura libre al suelo.

La sensación después de una noche es que hemos estado en un hotel rural, bonito eso sí, más que en un hotel 5 estrellas. Coincido con las opiniones en que las habitaciones son muy sencillas y poco amplias, y además se nota un mal mantenimiento. Hemos estado en una habitación doble superior con jardín, pero el jardín es un trocito de césped en un estado regulero con poca privacidad y la hamaca hecha polvo.Toallas y albornoces bastante desgastados. El personal es muy amable, eso sí, y el entorno bonito, pero no lo suficiente para justificar el precio que cuesta dormir allí una noche. La cena en el restaurante 1497 ha sido positiva y el desayuno en el restaurante Cibus también con la salvedad de que no hemos sido informados del servicio que podía pedirse más allá del buffet. Únicamente se nos ha informado del buffet por parte del personal hasta que al acabar hemos visto otros platos calientes en las mesas. Que minimo que disponer de una carta o algo para conocer otras opciones, teniendo en cuenta el precio de la estancia. Por último, antes de marcharnos, hemos pedido en recepción si podíamos comprar una tableta de chocolate para nuestro hijo, igual que la que había en la habitación. La sorpresa ha sido cuando nos han cobrado 8,50 por la tableta, cantidad que DOBLA el precio en la web y tienda de la misma marca (las tabletas no superan los 4 euros). Alucinante el desajuste que hacen con el precio; espero que al menos sean beneficio para la marca aunque lo dudo mucho.

Todo perfecta, el sitio muy tranquilo en medio de un bosque muy frondoso ideal para el senderismo. El menú degustación exquisito. El servicio perfecta. El Spa marevillos, parecía que estas en la epoca romana.

Muy buen equipo tanto en restaurante como en recepción !! Cena agradable y entorno agradable!

Bonito lugar, menos degustación muy bueno y muy bien atendidos por la srta.Mercé, por b. ¡Muy agradecidos volveremos!

Experiencia fantástica para espacada de fin de semana

Bonito hotel rodeado de naturaleza. La comida del restaurante, está muy buena. El desayuno está bien, sin más pretensiones. La piscina y la terraza es un remanso de paz. El personal es muy amable. Las habitaciones están bien sin mayor lujo, con una bonita terraza mirando a la piscina. El único pero son las paredes de las habitaciones, se oye todo.

Esperaba más. Salgo con la sensación de que no está a la altura de un cinco estrellas. Habitaciones pequeñas y sin apenas luz natural. Lo único que nos gustó fue la bañera, que era grande y moderna. Pagamos un suplemento de 60€ por hacer upgrade a una “garden suite”, pero la realidad es que lo que tiene no se puede considerar jardín. Es una entrada con césped (bastante descuidado) con 2 hamacas como las de la piscina y pegado al de las habitaciones de al lado. La piscina en sí está bien, pero el césped descuidado con muchos socavones y unas hamacas que hace años que no se renuevan. Las toallas bastante desgastadas. La gastronomía correcta, pero nada del otro mundo. Algo que me decepcionó mucho del desayuno fue que el zumo de naranja fuese artificial cuando su lema es que todos los productos son ecológicos. Además, poca variedad de comida (especialmente caliente). El café de lo peorcito del buffet. Los embutidos y el pan sí eran de calidad. Por la tarde fuimos a tomar algo al Stella Bar. El servicio no estaba nada atento. Tardaron más de 20 minutos en limpiar la mesa y tomarnos nota. Los sofás del exterior estaban bastante destartalados y no tenían cojines, por lo que eran bastante incómodos. Y como esto, otros muchos detalles que nos han dejado fríos: 1 solo botellín pequeño de agua en la habitación (sabiendo que éramos 2), traernos la cuenta a todas las mesas de golpe en Stella Bar porque sí sin haberla pedido y sin haber acabado de consumir (bastante violento), pedir aceite para aliñar la ensalada en el restaurante Cibus y que en lugar de una botella de aceite de calidad te lo racionen y te lo traigan en un cuenco diminuto con una cuchara, etc. Cuando te gastas más de 400€/noche (solo en habitación + desayuno), esperas otro tipo de estancia, servicio y atención al detalle. Dicho esto, también ha habido cosas que nos han gustado, sobre todo el entorno y cercanía a Barcelona, la comodidad de tener el spa AIRE dentro del recinto y el servicio de recepción previo a la llegada, fueron amables y serviciales en las gestiones. En resumen, tiene mucho potencial pero falta renovar algunos equipamientos, poner foco en la gastronomía y cuidar los detalles para que esté al nivel esperado.

He ido yo sola a desconectar de los meses pasados ​​y ha sido una experiencia 10. Aparte de las habitaciones, sencillas pero al menos, mi acogedora, un productos y una elaboración en todas las comidas excelente. Pero si cabe destacar una punto, ha sido el equipo humano tanto del hotel, como del Aire y de los dos restaurantes: encantadores acogedores y TODOS dirigiéndose a mí en catalán. Felicidades y gracias a todo el mundo