Chuka Ramen en Madrid

Mantienen el nivel de los ramen, sienfo excelentes, en mi opinión, el mejor lugar de Madrid para tomar ramen. Van cambiando la carta. Los baos muy buenos, probamos el de langostinos y el de pollo.

Sin lugar a dudas uno de los mejores restaurantes que he probado en Madrid. He ido 4 veces y siento que cada vez que voy se superan. La calidad del producto es brutal y la relación calidad precio se sale de lo común. Recomiendo el tartar de atún que sirven sobre base de arroz, estaba espectacular. También pedimos los dumplings de vaca madurada, las berenjenas y por supuesto un ramen.

Mis amigos me llevaban hablando de este restaurante un montón de tiempo y por fin lo he probado. Fuimos un jueves a cenar y la verdad que estaba lleno, con muy buen ambiente y gente joven. Así que es imprescindible reservar, aunque cuesta encontrar hueco. La carta es corta pero muy variada. Tienen entrantes de temporada, dumplings, bao buns y ramen. De cada grupo hay pocas opciones. También tienen algún plato fuera de carta. Íbamos a por el ramen, así que empezamos solo con el falso nigiri de vaca. Me gustó, es un pan soplado relleno de una salsa de chilli y jengibre con la carne de picaña madurada encima. Un bocado suculento y sabroso. De los 3 ramen que ofrecen, no entendía bien las diferencias, así que pedimos ayuda al personal. Me decidí por el Shoyu con panceta, porque tiene un caldo estilo consomé muy ligero, elaborado a partir de pollo y atún. Me gustó el caldo. Viene con fideos finos, panceta y medio huevo. Hubiera agradecido algo más de toppings, ya que tanto fideo me aburre un poco. Quizá si tuvieran más textura… En realidad tenía más expectativas bastante altas, y me gustó pero no me emocionó. Como no soy una persona muy de ramen, la próxima vez creo que me centraría en los otros platos, como los bao y dumplings. Probamos el postre de mochi donut, servido con sorbete de limón. El contraste frío/caliente es su mayor atractivo. El donut me gustó pero el helado de limón no me aportó mucho. Creo que hubiera disfrutado más la tarta de chocolate con miso. Durante la comida, probé una limonada de menta. Me gustó mucho. La preparan ellos y no es nada dulce. Además, nos trajeron varias jarras de agua. Pagamos 28.70€ por persona. Pensaba que sería más.

Que puedo decir... la mejor experiencia de mi vida en este tipo de cocina, trabajo en un restaurante de la guía Michelin en Italia, los chicos se merecen mucho!!! absurdo muy recomendable!!! 🤩❤️

Me gustó la búsqueda de sabores pero los ramen que comimos estaban extremadamente salados, imposibles de terminar. La comida nos cayó súper pesado. El lugar es pequeño y un poco incómodo.

Tenía grandes expectativas para un restaurante de ramen con una calificación tan alta. Pero cuando probé la comida allí, me decepcionó mucho. Relativamente caro, la comida no era tan excelente como esperaba y las porciones eran pequeñas. El cerdo en ramen incluso sabía demasiado cocido.

El mejor sitio de ramen que he probado en Madrid. En mi caso, probé el picante que tenía un sabor potente, muy recomendable. El Hakata también muy bueno. Solo pedimos ramen, pero los baos que salían tenían una pinta soberbia. Volveremos a repetir, sin duda. Destacar que nos dieron mesa muy rápido y sin tener reserva (2 per.), pero recomendable hacerla. El local muy acogedor y, obviamente, ambientado en temática japonesa.

Hemos cenado con nuestros hijos de 10 y 11 años. A todos nos ha encantado. El servicio impecable desde que llegamos hasta que nos fuimos. La comida fantástica.. y el precio muy razonable. Volveremos seguro. Enhorabuena! Se nota que todo está hecho con cariño.

Llegamos un viernes por la noche sin reserva. Nos sentaron en la barra y la verdad es que comimos genial ahi. La comida de 10, muy sabrosa, buena cantidad y sabores interesantes. El camarero que nos atendió majísimo y atento a todo. Repetiremos!

Barra de ramen de alto concepto. Bollos de bao de gran sabor con unos cuantos giros. Tuvimos pollo frito coreano y baos de terrina de camarón tigre, que estaban deliciosos, al igual que los gyoza y camarones wontons. Pero es la casa - pastrami bao curado con chucrut (el chef es americano) que nos derribó los calcetines! Tan innovador, y tan muy bueno. El cerdo ibérico en salsa barbacoa y el ala de patinaje fuera de menú fueron preparados por expertos y deliciosos. La guinda del pastel fue el postre: una tarta de chocolate miso blanco cubierta con frambuesas frescas y espolvoreada con un crumble rosa. Salió del restaurante con papilas gustativas haciendo un baile feliz. Servicio cálido y atento por el personal de habla inglesa. Basado en lo que vimos a la hora de la cena, se sugieren reservas.