Cervezas Dougall's en Liérganes

Más allá de la cerveza que hacen, que es maravillosa, la calidad del menú y la atención de los camareros es sencillamente excelente. Bravo!

Nos ha encantado el menú además de la cerveza que ya la conocíamos y está riquísima. Destacamos la insuperable relación calidad precio. Todo muy bueno especialmente el tomate, la anchoa, el bonito y la costilla. Recomendable 100%. Repetiremos.

[2023] Sin duda la mejor cervecera artesana española, cualquiera de sus variedades es un imprescindible además a precios muy competitivos tanto en fabrica como en la web. Y si ya puedes ir a su fabrica a una visita guiada (12 euros) te sentirás como en casa y con ganas de repetir. Tomar la 942 fresca y directamente del fermentador es un lujo, luego puedes probar cualquiera de sus otras cervezas maridada con quesos de la zona; además de que Quique y/o Andrew te cuenten de forma muy amena la historia de la empresa. En breve amplían fabrica dado que la actual debido al éxito que han tenido se les ha quedado pequeña. [2024] El comentario de 2023 sigue vigente pero actualizo después de la ampliación de la fabrica y después de mi ultima visita, centrándome sobre todo en el nuevo restaurante. El nivel no solo sigue alto, sino que incluso ha subido aun mas. Esperaba algo del espíritu Dougalls en el restaurante pero mis expectativas se han quedado hasta cortas. Un espectáculo de menú (35 euros con bebida, postre y café); calidad, productos de cercania y de la tierra y todo mezclado con buena gente de Dougalls y unas cervezas Dougall's, es una buena razón para volver "a casa" en cuanto me sea posible. [2025] De vuelta "a casa" a probar de nuevo tanto restaurante como la cata (la cata de nuevo con Quique, seguimos teniendo pendiente tenerla con Andrew... Ojo que repetir no significa no disfrutarla). Ademas pudimos disfrutar del ultimo jueves de Dougalls antes del verano con una buena hamburguesa y musica en directo. Este año nos costo mas encontrar hueco tanto en la cata como en el restaurante debido a la demanda. El menu que se curra Tibor (39 euros) es una experiencia gastronomica de 7 platos, postre, cafe y barra libre de cerveza. Nos quedó pendiente probar el nuevo foodtruck en el prado. Resumen: Siempre bien, siempre a gusto, siempre Dougall's !!!

Todo producto de proximidad. Barra libre de cervezas. La 942, mi favorita. La comida es un espectáculo de lo bueno que está. El cocinero especialista en parrilla, ahumado y todo lo que se pueda hacer con leña y carbón. Si estás por Cantabria, programa una parada. Merece la pena. Reserva con antelación.

La cerveza buenísima, ya la conocíamos de Barcelona de hace años. Y el menú degustación que puedes hacer es espectacular, muy recomendable, todo de la zona.

Durante nuestras vacaciones en Cantabria, quisimos visitar una cervecería local, ¡y encontramos una fantástica! Probamos cervezas buenísimas, pero debo decir que nos llevamos a casa algunas fantásticas (¡estoy escribiendo esto con una leyenda en la mano!). Para los amantes de la (buena) cerveza, ¡recomiendo encarecidamente al menos una parada!

Fabrica con restaurante y taproom, muy bien montado y atendido. Comida rica y cervezas deliciosas.

Estuvimos comiendo en la cervecería Douglas, en Liérganes, y la experiencia deja sensaciones encontradas. Por un lado, la comida está muy buena, con una relación calidad-precio excelente, y la atención del personal es cercana y correcta. En ese sentido, quedamos muy satisfechos. Sin embargo, el punto negativo es el estado de las instalaciones relacionadas con la cerveza. El cañero, los depósitos y la zona de servicio están claramente descuidada y muy sucia, algo difícil de entender en un lugar especializado en cerveza. Incluso las jarras donde se sirve llegan sucias a la mesa, lo que resta mucho a la experiencia. En resumen: para comer, merece la pena, pero necesitan con urgencia mejorar la higiene y el mantenimiento del servicio de cerveza (zona de cañeros ) para estar a la altura de una buna experiencia.

Lo primero que llama la atención –y me parece un gran acierto– es el formato: todos sentados a la misma hora, mismo menú, misma onda. Recuerda al formato sidreria o calçotada, pero con cerveza artesana como hilo conductor. Y cuando la comida está tan bien trabajada como aquí, el concepto encaja perfectamente. Vas por la cerveza, pero repites por el bonito. El menú, un recorrido de 39€ que incluye cerveza (¡bendita sea!), es una declaración de intenciones: modernidad, producto local y nombres tan largos que necesitas otra cerveza solo para terminar de leerlos. La Anchoa de «Mingo» era tan sublime que casi justifica que le pongan apellidos. Venía sobre una mantequilla de queso pasiego tiene más pedigree que yo. Le siguió un Ajoblanco que traicionó a su abuela granadina: impecable, con el ajo justo y la sardina ahumada haciendo de compañera perfecta, no de intrusa. Algunos le pareció subido de vinagre. Los tomates de Isla estaban tan frescos y sabrosos E;l tronco de bonito en escabeche era firme, elegante y dejaba claro que el Cantábrico manda aquí. La Ventresca a la parrilla es un upgrade que aunque no me gusta en un menu aqui fue estupendo pedirlo. Ambos, espectaculares. El producto es claramente el protagonista. Pero el plato que podría desatar una guerra fue la Costilla Fishman. Ahumada a baja temperatura, tan tierna que se deshacía con una mirada de reproche (como la del búho).El boniato me sorprendió gratamente. La Aguja a baja temperatura con su salchicha ahumada era un juego de texturas y humos magistral, aunque para ese punto ya estábamos tan llenos que solo la promesa del postre nos mantenía conscientes. El postre y el café no desmerecieton el conjunto. Y ahora, hablemos de la cerveza. Porque al fin y al cabo, eso es lo que vinimos a buscar. Empezamos con una 942, refrescante y seguimos con la excelente IPA 4, luego nos adentramos en terrenos mas duros, LEYENDA, TRES MARES, INVIERNO, STOUT. Una gran degustación. Eso sí, he de deciros: el problema es el exito del formato… a algunas no estaban todo lo frías que deberían. Los grifos se gastaban. En un lugar así, con tanto trasiego en agosto, los grifos no daban abasto. Menos mal que al final rellenaba, pero no a la velocidad de la demanda muy alta. Eso sí, la sobremesa fue un tanto surrealista: entre moscas que parecían salidas de un relato de Kafka y un caballo pastando plácidamente y disfrutando dando vueltas sobre si mismo, en el prado de al lado –como decorado de película de Berlanga–, el momento tuvo su punto. Fue largo, el grado alcohólico lo pedía, pero con buena compañía, muy ameno En resumen: Dougall's es una experiencia cervecera y gastronómica redoonda. El formato comunal mola, el producto es excelente y el ambiente, aunque masificado en agosto, invita a quedarse. ¿Recomendación? Ve en otra época.

Hicimos la visita y luego la comida. Experiencia excepcional !!!! El trato, la cerveza y la comida, de lujo. Nada que envidiar a otros restaurantes de “más categoría “. Una grata sorpresa. Y el precio más que ajustado. Volveremos más pronto que tarde. Ah, y el chef es un fenómeno.