Cervecería Parrillada Rocamar en Miño

Comida en familia después de una mañana de playa. Cada verano vamos a comer un arroz, nos encanta. La comida muy buena y el personal correcto.

Restaurante amplio al lado de un camping (conviene reservar) en el que los platos a la parrilla están bien elaborados y con buen sabor.

Muy buena ubicación, al lado de la playa de Perbes, y con una terraza maravillosa bajo la sombra de una parra. La comida rica y la atención algo lenta pero correcta.

Espectacular local en playa moncofa,vistas geniales y comida de la tierra genial producto fresco y con gran elavoracion y sin olvidarme de Iris excepcional atencion y profedionalidad tanto mesa como en el trato cliente

muy buena comida volvería sin duda

Un sitio muy agradable y muy cerca de playa perbes, antes eran muy amables y ahora que están llenos y el trato no es el mismo. pero solo es una opinión y viendo la respuesta pues no hay más que decir

Lugar acogedor y con muy buen trato

- Comida buena, de calidad! - Sitio muy normal pero con muy buenas vistas! - El servicio deja que desear. Se equivocaron en 2 platos, y uno lo trajeron rebozado cuando se le explicó al camarero que uno de los comensales era celíaco. Cada año venimos aquí y es la primera vez que nos pasa esto, pero normalmente son muy lentos y el servicio es muy justo

Fuimos sin reserva un domingo y pese a ello el camarero muy amable dijo que intentásemos volver más tarde a ver si hubiera mesa. Efectivamente volvimos una media hora después y nos consiguió mesa lo cual se agradece. Pedimos la ensaladilla, la ensalada de ahumados y una tarta tres chocolates (casera). Todo muy rico y las raciones muy abundantes

Restaurante y cerveceria frente a la playa, un clásico de la zona que no decepciona. La propuesta es sencilla pero efectiva: platos abundantes, ideales para compartir en el centro de la mesa y disfrutar de una comida relajada con buen ambiente. La calidad de los ingredientes se nota, especialmente en la carne, que estaba espectacular. Recomendamos sin duda el raxo con patatas y las croquetas, que destacan por su sabor casero. Las patatas, por cierto, no son congeladas, sino hechas por ellos mismos, y se agradece mucho ese detalle. La atención fue muy amable en todo momento, con un trato cercano y familiar. Además, tienen una terraza amplia donde pudimos comer con nuestro perro sin ningún problema, disfrutando del aire libre y con vistas al mar, lo que redondeó aún más la experiencia. Un lugar al que se vuelve con gusto por su autenticidad, su comida generosa y el entorno en el que se encuentra. Ideal para una comida sin prisas frente al mar.