Centre Civic Rocallisa en Barcelona

Una joya del modernismo barcelonés construida en 1901 por el arquitecto Joan Rubió i Bellver, discípulo de Antoni Gaudí. Encargada por el ingeniero y empresario Macari Golferichs, la residencia destaca por su arquitectura inspirada en formas góticas y su elegante diseño. ​ A lo largo de su historia, la casa ha tenido diversos usos, desde residencia familiar hasta escuela religiosa. Durante la Guerra Civil Española, fue confiscada por milicianos libertarios que intentaron establecer una universidad popular. Desde 1989, funciona como centro cívico, ofreciendo una amplia gama de actividades culturales y artísticas para la comunidad. ​ Aunque se le considera un edificio modernista, su estilo se acerca más al neogótico, con líneas largas y rectas, marcos de ventanas acanalados y elementos medievales simulados. ​ Recientemente, el Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado una renovación de la Casa Golferichs, para actualizar las reformas realizadas a finales de los años noventa y preservar este emblemático edificio para las futuras generaciones, que representa un testimonio vivo de la riqueza arquitectónica de Barcelona que vale la pena visitar.​

Un espacio de mucha creatividad, sus cursos muy interactivo y excelentes profesionales. Atención excelente desde que llegas hasta que te vas. Conocerlo es expandir la creatividad, los oficios y la cultura, eso es lo que recibo cada vez que voy a realizar mis curso. Abrazos

Una casa modernista muy bonita, actualmente es un centro cívico. Recomiendo la visita, ¡os encantará!

He asistido a un taller con R. Navarro sobre Próximo Oriente y me ha parecido muy interesante. Ameno y muy recomendable. Se contagia el entusiasmo de la ponente.

Nos encantó la visita, es un itinerario muy interesante y Pere Cowley lo hace muy ameno. A pesar de durar 3 horas, no resulta cansado.

Es una casa construida a principios de siglo. Una pequeña obra maestra arquitectónica. Fue inaugurado en 1911. Por encargo. Primero una mansión y luego se convirtió en un centro cultural. Fue una época en la que los arquitectos catalanes construyeron edificios con mucho estilo. Si todos los edificios de Barcelona tuvieran este carácter, esta ciudad podría convertirse en la ciudad más bella del mundo.

como El Chalet, es un edificio modernista situado en la esquina de la calle de Viladomat con la Gran Vía de las Corts Catalanas de Barcelona, ​​catalogado como bien cultural de interés local.[1] Actualmente acoge un centro cívico[2] y la Fundación Carles Pi i Sunyer.[3