Celler Jordana en Alella

Top !!! Muy buena experiencia, volveremos pronto 🙌

Sublimeeeeee ….!!!!!….Esta expresión resume la Magia de las dos personas que nos atendieron….profesionales : conocimiento de sus productos presentados cordialmente sin soberbia , excelentes maneras : educación y calidez …..experiencia memorable …los platos exquisitos ..!!!

Me encantó, una bodega pequeña con ambientación al estilo, su dueño un encanto de catalán ( es difícil 😂) su carta de copas de vino una pasada más de 53 diferentes . Su cocina perfecta , sin grandes aspiraciones, está perfectamente bien ejecutada y servida. Para. Volver 1000 veces !!

¡Tapa de jamón y alcachofa con vino de Alella buenísima!

El entorno de una bodega es discreto, como cabría esperar. Todas las tapas están hechas con productos de calidad y los vinos son muy buenos. Descubrimos los vinos de Alella, que fueron una grata sorpresa. Lo único que recomiendo es preparar tu propio foie gras; creo que te irá mejor que a Rougie. Así que, solo una palabra: gracias.

Vino espectacular, comida increíble. Me alegra que esté a la vuelta de la esquina.

Al tener que estar sentado en un taburete en alto se hace incómodo. Para tomar una tapa bien, para cenar mal

Personal muy atento. Todo está muy bueno. Lo que más me gusta es el bikini de mortadela.

Me gusta mucho este local en Alella, bue picoteo, productos de calidad y buenos vinos. Merece la pena.

El Celler Jordana en Alella es uno de esos sitios que nunca fallan. Puedes disfrutar de un buen vino, siempre bien aconsejado por Manel, el encargado, que tiene el don de recomendarte justo lo que te apetece (aunque tú aún no lo sepas). La carta no es muy amplia, pero todo lo que sale de cocina es excelente. Eso sí, si quieres ir cada semana, quizá se quede algo corta… aunque con la coca de porchetta con Stilton ya tienes excusa de sobra para repetir una y otra vez. ¡Es espectacular! Un pequeño consejo: si crees que la comida o cena se va a alargar, mejor escoger las mesas tradicionales y dejar las mesas “barril” para algo rápido. Son bonitas, sí, pero no son lo más cómodo del mundo para estar horas charlando y disfrutando del vino. En resumen: buen vino, comida riquísima y un ambiente que invita a volver. Un sitio para disfrutar sin prisa… pero con silla cómoda.