Cavall Bernat en Pollença

Nos alojamos en agosto. La isla de Mallorca estaba abarrotada, y fue un placer volver a este remanso de paz donde todo invita a la calma. Habitación perfecta, servicio impecable, personal atento y amable. Gracias y enhorabuena por haber conseguido mantener este ambiente a pesar de tanto ruido y aglomeración en estos hoteles, incluso en agosto.

Una estancia relajante en un entorno elegante y tranquilo. El Hotel Cala San Vicente destaca por su ambiente íntimo y refinado, con un estilo clásico que rebosa encanto y confort. Enclavado en el espléndido entorno de Cala San Vicente, es perfecto para quienes buscan tranquilidad y una bienvenida auténtica, lejos del bullicio turístico. Las habitaciones son espaciosas, limpias y están bien equipadas, con camas cómodas y atención al detalle. Aunque el hotel no tiene vistas al mar, la belleza natural de los alrededores está a solo unos minutos a pie, con increíbles calas por descubrir. El desayuno también es excelente, variado y se sirve en un ambiente luminoso y agradable. El personal es su punto fuerte: profesional, amable y siempre disponible para asesorar. Ideal para parejas o para quienes buscan unas vacaciones relajantes en un rincón auténtico de Mallorca. ¡Lo recomiendo sin dudarlo!

Un rincón de paz y excelencia mallorquina Este hotel es simplemente especial. Está pensado para quienes buscan desconectar del bullicio de Palma y disfrutar de una auténtica tranquilidad. Com mallorquí!!, encontrar un lugar así en nuestra isla es un verdadero lujo. El ambiente es espectacular y el equipo humano, inmejorable. Alonso, un crack; en Pep, un altre crack… y todo el equipo de camareros igual de atentos y profesionales. No me quiero ir… pero mañana a las 12:00 toca volver a casa, al llonguet de Palma. Mi más sincera enhorabuena también al equipo de cocina: sacan platos dignos de una estrella Michelin, de verdad. Sin duda, el año que viene volveré. Gracias a todos de corazón.

Un pequeño hotel boutique solo para adultos absolutamente maravilloso con una ubicación excelente, a solo unos minutos a pie de ambas playas, que además están bien resguardadas y son muy seguras. Rara vez nos hemos alojado en un hotel donde las cenas ofrecidas sean tan buenas o incluso mejores que las de los restaurantes al aire libre. El personal fue magnífico y las zonas de piscina siempre estaban limpias y acogedoras. No hay bares ni discotecas ruidosas cerca que te arruinen el sueño. Nuestra habitación era una Junior Suite con Balcón y era realmente cómoda. A un corto trayecto en coche (o una caminata de 1 hora y 10 minutos para los más aventureros) se encuentra Port de Pollença, que cuenta con una playa excelente y restaurantes de primera clase, incluyendo uno con estrella Michelin. Pero si solo buscas una o dos semanas de relax absoluto, lectura, natación y buena comida, no necesitas irte de Cala Sant Vicenç. Hay mucho aparcamiento gratuito en la calle junto al hotel.