Catamaran de raby en

Íbamos sin reserva y en seguida nos dieron mesa . Decorada bonita . Servicio amable . Está situado en la planta alta de ma zona del puerto de Benicarlo. Las vistas son al puerto y ves el mar y todos los barquitos . No hice foto del plato que pedimos . Solo pedimos para compartir entre 4 (íbamos con poco hambre ) la gran fritura catamarán . Llevaba de todo: una sepia entera , 4 anillas de calamar , boquerones , surtido de pececillos random y gambones. Estaba rica la verdad . Pedimos tbm 8 tercios . Sin cafés ni postres . La cuenta subió a 50€.

¡Super recomendable! Fuimos por cercania a nuestra casa de vacaciones y los comentarios leidos por internet no fallaron. Pedimos menu con un segundo de arroz caldoso de boletus/gambas y ... ¡delicioso! Un toque especial y gusto único. Los posters (helado de turron y tarta de queso buenísimos tambien); nuestro peque se pidió un combinado de calamares y ensalada y chips, y super completo y rico tambien. Se nota la calidad de lo que comes y el esmero en cocina. El precio muy bueno para lo bien que te quedas. Vistas al puerto, que suma puntos a la experiencia.

He tenido la ocasión de visitar, por vez primera en mi vida, y con más de medio siglo de vida a mis espaldas, el restaurante CATAMARÁN en Benicarló. Y después de mi experiencia vivida concrétamente este mes de agosto, me resultaría del todo imperdonable por parte de mi alma, no expresar las sensaciones y la realidad vivida. La ubicación del restaurante es PRIVILEGIADA. Dispone de una terraza IMPRESIONANTE que te hace sentir casi como en el paraíso, con las vistas al Puerto Deportivo de la localidad y, lógicamente, a la mar. Pero todo esto es lo mínimo en comparación con el trato que dispensan hacia el cliente: la AMABILIDAD es digna de elogio. La PROFESIONALIDAD está asegurada. La CALIDAD de los productos está a la altura del lugar, esto es, EXCELENTE. Los profesionales nos han dispensado un trato AMABLE y cercano. Y a todo lo vivido, deseo destacar la ATENCIÓN que dispensa el señor propietario, a la sazón cocinero y responsable directo de las exquisiteces que ofrece la carta del restaurante CATAMARÁN. Éste caballero tiene la deferencia de preocuparse personálmente por los clientes, cosa que dice mucho y bien de su persona. En resumen, el restaurante CATAMARÁN de Benicarló es una experiencia gastronómica y personal EXCELENTE.

Excelente ubicación, terraza a la sombra con vistas al puerto. El personal y la recepción son muy amables, atentos y serviciales. La comida es abundante y deliciosa, con un menú de 25 euros: 3 entrantes, 1 plato principal, con opción a elegir de la carta, postre, café y un chopito de cortesía. Lo disfruté, al igual que toda la mesa. No lo duden, es fácil llegar y es ideal para familias. Lo recomiendo.

Una experiencia muy recomendable. Pedimos una paella que el cocinero adaptó a nuestro gusto y estaba deliciosa. El servicio fue muy atento y amable. Gracias a todos!

Se recomienda en su totalidad, cuando vaya a Benicarló lo tengo que visitar otra vez.

Excelente lugar para comer o cenar, carta variada con raciones muy abundantes, todo muy bueno, tiene una agradable terraza, el servicio es atento y profesional.

Una bienvenida muy cálida por parte de Rabi, el dueño. Realmente muy amable. Platos muy generosos y deliciosos. Lo recomiendo.

Es la primera vez que estamos, nos fue recomendado tanto por su comida, el trato que se recibe y también por la ubicación La comida tras pedir un arroz meloso de marisco estaba espectacular con todos los ingredientes tiernos y fresco, hasta con un par de sorpresas llamadas zamburiñas riquísimas, unos entrantes de calamares rebozados tiernos y con su rebozado justo, acompañados por unas croquetas de cocido fantásticas caseras caseras y para terminar los entrantes unas zamburiñas tiernas y grandes alucinantes Queremos darles las gracias por la atención que ponen hacia el cliente, felicitarlos por el trabajo, en especial al dueño y chef porque todo está de cocinado de maravilla, lo recomendaremos y volveremos en más ocasiones. Muchas gracias por todo

Comimos allí en julio. Nos recibieron muy bien, el dueño es muy amable y habla muy bien francés. Recomendamos la paella marinera, que estaba buenísima.