Casa Trabanco en Gijón

Comida exquisita. Lugar precioso y muy cuidado. Tanto la encargada como el equipo cuidaron el bienestar de mi bebé.

Maravilla de comida y 10 en el servicio. Cebolla rellena, fabada astur, cachopos (las dos opciones) y arroz c/leche todo ello regado con sidra Trabanco garantiza una Experiencia Maravillosa y única. La recordaremos y volveremos en cuanto volvamos por el país. Gracias

Fuimos hace un par de semanas, 5 personas. Comimos muy bien. La comida riquísima y los postres espectaculares. Repetiremos sin duda.

perdido en medio de la montaña y merece la pena, tienen una ensalada de atún con helado de tomate que es para enmarcar, el resto buenisimo,pero esa ensalada ,brutal

Segunda vez visitando el lugar con un buen recuerdo de la primera vez...pero está segunda me disgusto un poco el trato del personal de mesa dado que por parte de cocina estaba todo de lujo... Una pena que nos trajeran el (pescado) antes que el embutido y tardando en el último plato con malas caras por parte del camarero cada vez que se pedía. Tengo pensado volver pero es algo que tienen que mejorar.

Excelente restaurante, bonito entorno.

Fuimos a cenar ayer para ver el concierto de Fran Juesas reserve con tiempo suficiente para tener sitio en la carpa me dijeron q si si en la carpa sorpresa llegamos y nos ponen afuera segun la metre sitio privilejiado por q es la mesa de los jefes otros dias ,media hora esperando y no aparece nadie a preguntar nada en esto empieza a tronar y decimos q va a llover pedimos entrar a cenar adentro al bar (ponen mala cara) entramos a la bar a cenar y bueno sin mas al final el concierto en la carpa la carpa llena de gente y nosotros sin poder verlo por q seguramente sentaria a algun amigo de alguien y me duele esto por q soi cliente y vecino pero a veces cansas de q se rian de uno. Una pena pero tardare en volver

En Casa Trabanco disfrutamos de una comida espectacular, con platos tradicionales bien elaborados y llenos de sabor. Probamos los tortos, unas croquetas cremosas, el sorprendente paté de compango de fabada, unas deliciosas cebollas rellenas y una carne tierna y sabrosa. Todo acompañado, por supuesto, de su sidra natural, escanciada como manda la tradición. El ambiente es acogedor, con vistas preciosas y un trato muy cercano. Ideal para quienes buscan una experiencia asturiana auténtica y con productos de calidad. Volveremos sin duda. Tradición, sabor y hospitalidad en estado puro. 🍎🍽️🍷 Es importante siempre hacer reserva.

Fuimos cuatro personas a comer y la experiencia fue muy buena en general. Pedimos varios entrantes para compartir y todos estuvieron a la altura. Los frisuelos rellenos de bechamel suave y gambas con salsa de cigalas fueron de los que más nos gustaron, muy sabrosos y bien presentados. También pedimos una tortilla de puerros y anchoas, bastante jugosa y con buen punto de sal, y unas croquetas que resultaron muy correctas, con un relleno cremoso y bien hecho. De plato principal compartimos un cachopo de jamón y queso ahumado Pría. Buena carne, el empanado en su punto y el queso aportaba un sabor especial. La cantidad fue más que suficiente para los cuatro, sin quedarnos con hambre pero sin excesos. En los postres seguimos compartiendo: probamos la milhoja de hojaldre con crema de arroz con leche requemada y helado de canela casero, una combinación muy lograda, y la tarta de queso, que estaba cremosa y con buen sabor, sin resultar pesada. El servicio fue muy correcto, con camareros atentos y amables en todo momento, explicando bien los platos y pendientes sin agobiar. La zona de aparcamiento es un poco complicada, con calles algo enrevesadas, pero se puede encontrar sitio con algo de paciencia. En conjunto, un sitio muy recomendable si se busca buena comida para compartir, con sabores cuidados y un servicio que acompaña bien la experiencia. Sin grandes pretensiones, pero todo muy bien resuelto.

Un sitio increíble donde se junta la atención excelente y mejor comida típica asturiana. Digno de recomendar y repetir.