Casa Tino en Valladolid

Solo se comen huevos fritos con patatas y panceta, chorizo, morcilla... asados. Muy rico todo, pero un poco caro para lo que es.

El sitio es pequeño y un poco incómodas las mesas altas que, por cierto, te asignan si reservas pero no específicas que quieres alguna mesa del salón interior. El camarero al principio fue antipático pero según avanzó el servicio fue mejorando de actitud. La comida, eso sí, un diez.

Nueva ubicación de un clásico de Valladolid. Local de tamaño mediano con zona de mesas bajas y zonas de mesas altas. Terraza exterior. Su especialidad son los huevos fritos. Trato algo frío. No se debe ir con prisa a este local, siempre hay mucha gente y todo se ralentiza un poco. Conviene reservar. Precio como otros locales de la zona. Ojo, café a 2,5 euros.

Hay otras opciones, pero el menú es casi obligado: ensalada de la casa y fuente de huevos fritos con lomo, chorizo, torreznos y morcilla. Todo excelente

Encantador sitio para ir en pareja o con amigos. Nunca defrauda, siempre volvemos para seguir disfrutando de las ensaladas, las patatas, las croquetas, los torreznos 😍😍😍 todo de 10 ❤️❤️❤️❤️ Y el servicio es perfecto, educado y atento (además de rápido)

Desayuno muy completo cafe, churro, bocadillo de tortilla de patatas y dedal de zumo a 2,30 euros. Terraza exterior. Lugar donde te rncuentras a personas de la esfera política de Valladolid

¡Un restaurante genial con deliciosos platos españoles! Es una auténtica delicia y el restaurante es precioso, limpio y muy bien ubicado. La joven camarera fue estupenda y muy atenta con los clientes. La gran pega, y una pena, es que el camarero "mayor" no toma nota y no nos sirve los platos correctamente, sino que sirve raciones enteras en lugar de medias raciones, y añade una segunda brocheta en lugar de una sola. Es una pena porque todo estaba casi perfecto, salvo por el camarero que infló la cuenta (sin mencionar la cesta de pan que nunca pedimos, pero que sí nos cobraron). En resumen, casi perfecto...

Personal amable, gestionaron muy bien el estrés de un día ajetreado y de una mujer quejándose. Comida deliciosa. Nada de qué quejarse.

Patatas bravas y rabas, muy ricas.

Hemos estado varias veces. La comida es estupenda pero hay que armarse de paciencia para que te tomen nota de la comida y bebida. De hecho lo hace una sola persona y claramente es insuficiente. El espacio en el interior está aprovechado al máximo y no lo recomiendo para más de 4 personas, no se esta cómodo. Los huevos fritos y las patatas exquisitos, eso sí.