Casa Solla en Poio

Estuvimos en el mes de octubre degustando el menú más extenso que tienen a disposición. Como siempre un acierto, la combinación de sabores son excelentes. Intensos y variados al paladar. Atención impecable. Merece la pena sin lugar a duda

Pues eso, una experiencia completa. Gracias Pepe, Estrella, Ismael (nos ha encantado tu juego con los vinos) y al resto de personas que han convertido una cena en un recorrido gastronómico a la par que recuerdo inolvidable. Nota: la primera foto son los restos... la segunda junto al maestro...

Cumple las expectativas, el menú está muy bien planificado y ejecutado, el servicio es excelente, con un toque distendido que permite disfrutar de la experiencia ybla atmósfera está muy cuidada

Restaurante Casa Solla merece su estrella Michelin y más. La decoración minimalista pone el foco en la comida y, entre platos, la atención se centra en la vista hacia la que se enfrenta cada mesa. La comida era original y perfectamente curada. El personal fue muy atento al detalle y también muy amable, especialmente nuestro anfitrión estadounidense (lo siento, olvidé su nombre). Y luego está Pepe Solla, qué anfitrión y chef tan increíble. Su pasión por la comida se nota en cada plato. Cada plato fue una obra de arte. Además, ¡el vermú de la casa estaba divino!

Estuvimos un martes a mediodía , el servicio perfecto el chico q aconsejó los vinos , encantador , el dueño muy cercano , la comida espectacular sin duda repetiremos

Estuvimos un lunes, mi pareja y yo, de casualidad, en un día de lluvia y viento, sin reserva previa, aparcamos con facilidad, la recepción muy bien, espera breve en salón con chimenea, elegimos el menú Trasmallo, para nuestro gusto la entrada que sirven de Los Fósiles no tiene sentido, es mucho teatro y poco contenido, la navaja de la Intro estaba fría, lo mejor del menú, el trocito de lubina en los productos del Mar y el surtido de quesos al terminar. En general los platos que debían estar calientes estaban templados o fríos, ponen interés, sin duda, pero no nos convencieron, la mesa sin mantel no es acogedora, la sala comedor algo desangelada y mi esposa, al final, tuvo frío. Se agradece el esfuerzo pero deben mejorar los detalles.

Un lugar increíble y una experiencia maravillosa. Desde que llegamos, la chica de la entrada fue super atenta, nos pasó a la zona de jardín mientras esperábamos la hora de nuestra mesa, nos sirvió unas bebidas con un aperitivo muy rico. Cuando nos subió a la sala, nos esperaban en la puerta el equipo de sala, nos acompañaron hacia la mesa y todo estaba cuidado al mínimo detalle, desde el armario para las chaquetas hasta un cesto para poder dejar el bolso al lado de la mesa. El propio Pepe Solla fue el encargado de explicarnos la historia del lugar y del menú y nos entregó un libro que para nuestra sorpresa era parte de la comida, algo inesperado y realmente sorprendente. A partir de ahí, un camarero se encargó de seguirnos paso a paso el menú, con explicaciones detalladas. La comida era exquisita; y el servicio fue inmejorable. De las mejores experiencias Michelin que he tenido. Enhorabuena a todo el equipo por el trabajo. Repetiremos sin duda.

Increíble espacio, increíble servicio y por supuesto comida y vino. Un placer

Resumen de una gran experiencia en uno de los restaurantes Gallegos de referencia "Casa Solla”, del Chef @pepesolla que ofrece un menú basado el producto de cercanía y con mucha calidad. En los sucesivos pases nos muestra una sensibilidad exquisita en el trato de esa materia prima (marisco, pescado y huerta principalmente) todo ello en una sala muy acogedora y cómoda con un servicio impecable, cercano y amable que te hacen sentir como en tu casa. La selección de vinos a cargo de @gabrielvazquezbua no puede ser más acertada y la charla con el, delata su pasión por este mundo, una experiencia muyyy grande!!! GRACIAS.

Hacía muchos años que quería ir a Casa Solla, pues es un sitio referente en la alta gastronomía desde hace muchos años. Realmente a sido una de mis mejores experiencias gastronómicas, a la altura de los 2 y 3 estrellas Michelin (desde mi humilde opinión debería tener más de 1 estrella). Cuando llegaba al restaurante ya tenía buenas sensaciones, por estar en medio de una carretera y te piensas que te estás equivocando de sitio por qué parece que ahí no puede haber un restaurante así, pero poco a poco vas acercándote, ves el letrero del sitio… y llegas a un espacio luminoso, diáfano y simple. Desde el primer momento el servicio impecable por parte de Estrella y Gabo: mucho oficio y muy cercanos e informales, que en estos sitios se agradece, a veces es todo demasiado estirado y formal. Nos hicieron sentir como en casa. Gracias Hicimos el menú corto y la verdad es que cuesta escoger el mejor plato, todo buenísimo (si tengo que escoger uno me quedo con el salmonete). Representa muy bien el producto de la zona y está muy bien estructurado y equilibrado. Por fin un menú que no acaba con un plato de carne pesado e intenso de sabores; siempre acabo con un mal sabor de boca en estos menús por la exigencia del final, y aquí va de más a menos en pesadez y eso de agradece. En fin, felicidades por el trabajo y por los años de constancia en un mundo tan exigente. Hasta pronto!