Quiero agradecer a todas aquellas personas que nos ayudado tras sufrir mi padre de 92años un desvanecimiento en mitad de la comida, estaba el restaurante lleno, y han venido a prestar su ayuda una familia que estaban cerca de nosotros, tratando a mi padre de maravilla y con todo su cariño, intentando calmar mis nervios y abanicando y cuidando de mi padre hasta que ha venido la ambulancia. Dando gracias ha sido solo un susto, y esta bien ya en casa. Los empleados del restaurante tambien nos han ayudado en todo lo que han podido.
Muchas gracias a todos que nos han ayudado, de corazon lo digo, da gusto encontrar personas tan buenas y con esa luz y esa paz que nos han transmitido, en esos momentos tan amargos.
Nunca lo olvidare. GRACIAS🥰❣️💟
Maite Sierra
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18 Mayo 2025
10,0
Hoy he ido una vez más de infinitas veces teniendo el privilegio y el honor de encontrarme con Félix Royo, feliz, porque es consciente del buen trabajo que el Grupo Gustum está haciendo con el que fue su Restaurante Casa Royo, sintiendo la tranquilidad y la calma del personal que regenta el mismo con Macu a la cabeza, sabiendo elegir a su personal para cumplir con la más alta norma de hospitalidad no sintiéndote extraño, y Michel, como gran Chef, te hace sentir la más alta aristocracia de los sentidos. Hasta hoy, no me había atendido ni Sandra ni Angel. Y me han sorprendido gratamente en su seriedad y estilo, breve, claro y preciso. Y estas palabras van para ellos, porque independientemente de que cualquier plato que se ofrece en la carta hará toda su delicatessen de calidad extra al degustarlo, no me ha dejado indiferente la clase, la pureza de la juventud de Sandra, que sigue alimentándose todavía de la divina ambrosía de los ideales, pues quien escribe ya tiene muchos años y voy siendo una historia que me cuento a mí mismo, mientras ella es el privilegio de advertir una perfección invisible a otros ojos. Angel, en la misma seriedad y profesionalidad que Sandra, te dejaba entrever que sabía ser y estar cuando dejaba a su compañera que nos atendiera como él mismo cuando así lo creía como profesional del tiempo en su justa medida. Angel es creencia e intimidad como último santuario. Ambos, por un momento, me han hecho comprender que el mundo ante ellos es extraordinario y el mío es alguien que pasó por Antigua Casa Royo, con la satisfacción de no sentirme extraño, reconociéndome en cada saludo con el personal y la satisfacción de que degustar en Antigua Casa Royo es siempre un acierto, sabiendo que hay días más tranquilos que otros en el número de comensales, pero pese a que el restaurante esté completo y su personal no ande, sino corra, siempre le atenderá con empatía, simpatía, sonrisa, profesionalidad y humanidad, y a quien me lea, decirle que esta atención no se paga con dinero, pues todo es un lujo en esta vida, y más hoy, pues nacer es el mayor lujo, y si además, se encuentra con esta atención, y las creaciones de su Chef, que está convencido de que la belleza de las mismas reside en la naturaleza efímera y todo sea un bioma de ideas culinarias, le parecerá: BUENO, BONITO y BARATO.
A quien lea estas palabras, advertirle, que durante las próximas horas, ingerirá, grasas, sal, azúcar, proteínas, bacterias, hongos, varias plantas y animales, y en alguna ocasión, hasta ecosistemas enteros, pero, he de suplicarle una cosa, solo una; que no coma, deguste, saboree, deleite, aprecie cada bocado que introduzca en su boca. Sea consciente, pero no coma. Este menú es demasiado preciado para eso. Y dicho esto: LA COMIDA.
Guillermo986
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21 Febrero 2025
10,0