Nos ofrecieron mesa de forma rápida, pese a no tener reserva. La atención también fue ágil y los platos salieron también rápidamente; tal vez demasiado, porque se nos juntó todo en la mesa. Poco esmero en algunas raciones, que salieron frías y presentadas con poco detalle. Respecto al personal que nos atendió, tenía buena disposición pero les falta todavía experiencia. Personal joven que se dedicaban a hablar en corrillo cerca de las mesas, en lugar de prestar atención al servicio. Nuestra camarera, por ejemplo, llevaba largos mechones de pelo sueltos y, cada vez que traía un plato, metía el pelo en los propios platos o en los vasos (detalles a mejorar para dar una buena imagen del servicio). La comida en general, normal, no hubo nada que nos llamase especialmente la atención por su sabor o presentación.
L A.M
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15 Abril 2025
6,0
Después de mucha incertidumbre, que si horrible el servicio, tardan mucho en servir, la comida ya no es lo que era, totalmente recomendable. Felicidades, porque coger el testigo de la fama que tenía, no es fácil.
Jose Catala
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11 Abril 2025
10,0
Hoy he ido una vez más de infinitas veces teniendo el privilegio y el honor de encontrarme con Félix Royo, feliz, porque es consciente del buen trabajo que el Grupo Gustum está haciendo con el que fue su Restaurante Casa Royo, sintiendo la tranquilidad y la calma del personal que regenta el mismo con Macu a la cabeza, sabiendo elegir a su personal para cumplir con la más alta norma de hospitalidad no sintiéndote extraño, y Michel, como gran Chef, te hace sentir la más alta aristocracia de los sentidos. Hasta hoy, no me había atendido ni Sandra ni Angel. Y me han sorprendido gratamente en su seriedad y estilo, breve, claro y preciso. Y estas palabras van para ellos, porque independientemente de que cualquier plato que se ofrece en la carta hará toda su delicatessen de calidad extra al degustarlo, no me ha dejado indiferente la clase, la pureza de la juventud de Sandra, que sigue alimentándose todavía de la divina ambrosía de los ideales, pues quien escribe ya tiene muchos años y voy siendo una historia que me cuento a mí mismo, mientras ella es el privilegio de advertir una perfección invisible a otros ojos. Angel, en la misma seriedad y profesionalidad que Sandra, te dejaba entrever que sabía ser y estar cuando dejaba a su compañera que nos atendiera como él mismo cuando así lo creía como profesional del tiempo en su justa medida. Angel es creencia e intimidad como último santuario. Ambos, por un momento, me han hecho comprender que el mundo ante ellos es extraordinario y el mío es alguien que pasó por Antigua Casa Royo, con la satisfacción de no sentirme extraño, reconociéndome en cada saludo con el personal y la satisfacción de que degustar en Antigua Casa Royo es siempre un acierto, sabiendo que hay días más tranquilos que otros en el número de comensales, pero pese a que el restaurante esté completo y su personal no ande, sino corra, siempre le atenderá con empatía, simpatía, sonrisa, profesionalidad y humanidad, y a quien me lea, decirle que esta atención no se paga con dinero, pues todo es un lujo en esta vida, y más hoy, pues nacer es el mayor lujo, y si además, se encuentra con esta atención, y las creaciones de su Chef, que está convencido de que la belleza de las mismas reside en la naturaleza efímera y todo sea un bioma de ideas culinarias, le parecerá: BUENO, BONITO y BARATO.
A quien lea estas palabras, advertirle, que durante las próximas horas, ingerirá, grasas, sal, azúcar, proteínas, bacterias, hongos, varias plantas y animales, y en alguna ocasión, hasta ecosistemas enteros, pero, he de suplicarle una cosa, solo una; que no coma, deguste, saboree, deleite, aprecie cada bocado que introduzca en su boca. Sea consciente, pero no coma. Este menú es demasiado preciado para eso. Y dicho esto: LA COMIDA.
Guillermo986
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21 Febrero 2025
10,0