Casa Pancho en Burgos

Caldo, cojonuda y a disfrutar. Genial todo.

Fuimos para probar los pinchos y en especial el de morcilla de Burgos y nos encantaron. Muy buen sitio para acompañar unas cañas con sus pinchos.

Vuniendo de lejos, y motivado por las reseñas, no fue tanta la sorpresa. Para ir pero sin esperar nada que me llame la atención. Mucho camarero y cocinero, pero estando en la barra, y sin estar lleno, estaban más a lo suyo, de sus comentarios entre compañeros que el cliente esperando ser atendido. Supongo que sería un momento puntual. Suelo hacer fotos de lo que veo para luego reseñar, pero en esta ocasión no hice, no lo vi claro....

Un clásico en Burgos, muy bien.

Si vas tapas y pinchos no puedes dejar de pasar por aqui. Muy buenos pinchos

Todo un acierto!! Pinchos muy ricos y la atención muy buena a pesar de estar muy concurrido (de hecho ya nosotras estábamos en Burgos en un Congreso de casi 1000 personas y nos gustó tanto que en 3 dias que estuvimos, repetimos). Sólo hemos comido pinchos pero probamos muchos y cada cual mejor... destacaría el bacalao. Para volver

La calidad de su comida está por encima de todo lo demás. Trato correcto. Céntrico. Sin cita previa es imposible. Totalmente recomendable.

Buena relación calidad-precio. En general todoa los platos estaban muy buenos. Los segundos especialmente.

Fuimos a este restaurante recomendados y la descripción es "es de toda la vida, comeréis castellano clásico y bien". Por desgracia nada más lejos de la realidad. Comenzamos con una ración de morcilla, normal, sin más no tenía ningún tipo de acompañamiento típico, como pimientos. No era ni mejor ni peor que la de cualquier sitio promedio. Lenguado a la plancha. Mal, pasado de sal y también de planchado, se quedó un poco seco. Paletilla de lechazo. Aquí ya si que me dieron ganas de enfadarme. Cuando uno pide cualquier parte de lechazo en un teórico restaurante castellano de renombre espera que te den un producto de calidad y este no estaba bien. No estaba bien porque estaba reseco, y cuando uno se ha comido mil lechazos nota de sobra cuando esa paletilla llevaba tiempo hecha, posiblemente incluso del día anterior y le habían pegado un golpe de calor en el horno y salió a la mesa. Si un lechazo esta reseco como este lo estaba, se nota. Las instalaciones bien, un poco angosto el sitio pero bueno es lo que tiene si el comedor es pequeñito. La atención por parte de la camarera que nos atendió genial, ni un pero.

El bar es un pandemonium en horas pico y eso se explica por lo sbroso de la comida y el buen precio. Yo he comido tres días seguidos "callos enfadaos" y me han parecido de rechupete, inolvidables. El pincho de pimiento con boletus y el arroz con leche, igual. Los camareros son eficientes y hasta simpáticos, mas hay que considerar que atienden a una hueste que quiere beber y comer sin tasa. Par volver siempre.