Casa Morales en Sevilla

Casa Morales es una verdadera joya escondida en Sevilla. Con más de 170 años de historia, este bar tradicional ofrece una experiencia auténtica e inolvidable. Al entrar te transportarás a la Sevilla de antaño, con su ambiente rústico y encantador. La variada carta de tapas, deliciosas bebidas y un ambiente animado hacen de Casa Morales el lugar perfecto para saborear la cultura española. Es un lugar ideal para charlar con amigos, observar la vida local y crear recuerdos inolvidables. Recomiendo :)

Auténtico restaurante local que sirve buenas tapas españolas con buenos productos. Lamentablemente está invadido por turistas lo que ahuyenta un poco a los españoles. Los cocineros y camareros son muy eficientes lo cual es muy apreciable.

Gran comida sabrosa de tapas. Y un servicio amable.

Bideguita muy antigua, con mucha solera

Este es uno de mis tres mejores restaurantes/bares de tapas en Sevilla. El jamón es particularmente excelente aquí. Quiero decir súper. También puedes probar pringa, pimientos padrón y otras cosas más. Recomendaré la carne. Totalmente vale la pena dedicarle un tiempo.

El sitio es emblemático, el personal atento pero siendo sevillana, he de reconocer que ese tamaño tan pequeño de las tapas y el precio, es lo que te ponen gratis en Granada por un poco más pagando la bebida. Entiendo que todo ha subido pero los sevillanos cada vez tenemos más sitios a precios de guiris.

Un acierto. Fuimos por las recomendaciones y tenían razón. Es un buen lugar para tapear, y está a un paso de la catedral. Nosotros llegamos al mismo abrir y se llenó en cinco minutos. Recomiendo la tosta de sardina ahumada y el solomillo a la crema de ajo. Tiene dos entradas, la de los famosos barriles está por detrás. Me dejaron entrar con mi perrito. 😍 Volveremos.

El menudo con garbanzos muy bueno.

Para finalizar la ruta de tapas en zona casco antiguo lo hicimos en esta ocasión en esta bodega que tanto me gusta y para mí es un valor seguro para finalizar esta ruta y poner la guinda. No es un acierto solo por su oferta gastronómica, que también, ya que recoge muy bien la esencia de la ciudad, sino también por el lugar en sí, es una taberna al más puro estilo tradicional con mucha solera y esencia. Pedimos varias tapas para compartir, comenzamos con unas albóndigas de choco que estaban espectaculares, tiernas, sabrosas y super jugosas. Seguimos con unas croquetas bastante buenas, un solomillo al roque correcto y como no, no podíamos irnos sin que mi acompañante probase su famoso montadito de pringá, que está bueno, pero a mi parecer no es sel los del podium de la ciudad. Sin duda para mí este lugar es parada obligatoria si se visita la ciudad.

Hicimos un recorrido por varios locales del centro a base de tapas y la verdad es que este es uno de los que más nos gustaron, croquetas, salmorejo, lagartitos, muy rico todo, bien atendidos y correcto precio. Un acierto