Casa Marcial en Parres

Una experiencia inolvidable. Desde que entras por la puerta se aprecia el cuidado que ponen a los detalles. La atención es impecable, muy profesional y cercana. En cuanto al menú, todos los platos muestran un nivel muy alto y muchos de ellos son para recordar. En cuanto a la bebida, recomiendo el maridaje premium. Vinos de primer nivel, algunos de ellos muy difíciles de encontrar, todos ellos imposible de encontrar por copas. En cuanto al precio, considero que tanto el precio del menú como el maridaje es muy acertado. Es incluso más barato que el resto de restaurantes de similar nivel, no teniendo nada que envidiarles. Recomiendo el restaurante 100% y volvería sin duda alguna.

Experiencia fantástica. Menú degustación, atención y servicio de 10!!

Enhorabuena por seguir manteniendo las 3 estrellas junto al trébol Michelin, bien merecido. Disfruté mucho comiendo el pasado mes de octubre.

Cada día mejor !!! Menu Degustación de mucha técnica , bien presentado , bien argumentado y lo mejor es que Nacho, a pesar de ser cada día más sofisticado y cosmopolita , entierra más sus raíces en la Asturias más auténtica … la de las lapas , el musgo , la humedad , el río , la mar … perfecto .

Una experiencia inolvidable. Platos exquisitos y una atención muy agradable, cercana a la par que muy profesional, cuidando cada detalle. Recomendable 100%

Una de las mejores comidas de nuestras vidas. El local es muy bonito y está ubicado en un entorno espectacular.

Visitar Casa Marcial es más que ir a un restaurante: es vivir una experiencia completa. Está en un pueblecito de montaña, rodeado de naturaleza, con esas vistas asturianas que ya te predisponen a disfrutar. El lugar es precioso, una casona tradicional reformada con muchísimo gusto. Nada ostentoso, pero con ese toque elegante y cálido que te hace sentir que estás entrando a un sitio muy especial, donde cada detalle importa. La comida es increíble. No hay otra palabra. Aquí se nota el nivel en todo: en el producto, en la técnica, en la creatividad… pero sin perder la esencia de la cocina asturiana. Se podría decir que reinterpretan Asturias en clave moderna, pero sin olvidar los sabores de toda la vida. Probé el menú degustación y fue un viaje. Platos preciosos, sorprendentes, con sabores potentes pero equilibrados. Hay bocados que parecen sencillos y luego te explotan en la boca, otros que son pura nostalgia reinventada. Y cada plato llega explicado con mimo, para que entiendas la historia detrás. El servicio es espectacular. Profesional, amable y muy atento sin caer en la rigidez que a veces tienen los restaurantes de este tipo. Te hacen sentir cómodo, relajado, como si el objetivo fuese que tú simplemente disfrutes sin preocuparte por nada. Además, se nota que todo el equipo está perfectamente coordinado. Ni tiempos largos, ni prisas, ni interrupciones incómodas. Fluye todo con una naturalidad tremenda. El entorno también suma muchísimo. Entre plato y plato puedes mirar por la ventana y ver verdes, montes, piedra, un paisaje que encaja con el estilo del restaurante y potencia la experiencia. Y aunque es un sitio con dos estrellas Michelin, no se siente distante ni elitista. Al contrario: hay un ambiente cercano que hace que te encuentres muy a gusto desde el primer minuto. ¿Puntos menos buenos? Evidentemente, el precio. No es un sitio para ir cada semana. Es un restaurante para una ocasión especial o un homenaje. También es absolutamente imprescindible reservar con bastante antelación porque suele estar lleno. Y si no te gusta la cocina creativa, puede que no sea tu estilo. Pero si te apetece vivir algo diferente, es un acierto seguro. En resumen: Casa Marcial es magia culinaria en medio de la montaña asturiana. Un sitio que emociona, que sorprende y que demuestra por qué es uno de los restaurantes más importantes del país. Yo volvería sin pensármelo dos veces.

Visitar Casa Marcial es más que ir a un restaurante: es vivir una experiencia completa. Está en un pueblecito de montaña, rodeado de naturaleza, con esas vistas asturianas que ya te predisponen a disfrutar. El lugar es precioso, una casona tradicional reformada con muchísimo gusto. Nada ostentoso, pero con ese toque elegante y cálido que te hace sentir que estás entrando a un sitio muy especial, donde cada detalle importa. La comida es increíble. No hay otra palabra. Aquí se nota el nivel en todo: en el producto, en la técnica, en la creatividad… pero sin perder la esencia de la cocina asturiana. Se podría decir que reinterpretan Asturias en clave moderna, pero sin olvidar los sabores de toda la vida. Probé el menú degustación y fue un viaje. Platos preciosos, sorprendentes, con sabores potentes pero equilibrados. Hay bocados que parecen sencillos y luego te explotan en la boca, otros que son pura nostalgia reinventada. Y cada plato llega explicado con mimo, para que entiendas la historia detrás. El servicio es espectacular. Profesional, amable y muy atento sin caer en la rigidez que a veces tienen los restaurantes de este tipo. Te hacen sentir cómodo, relajado, como si el objetivo fuese que tú simplemente disfrutes sin preocuparte por nada. Además, se nota que todo el equipo está perfectamente coordinado. Ni tiempos largos, ni prisas, ni interrupciones incómodas. Fluye todo con una naturalidad tremenda. El entorno también suma muchísimo. Entre plato y plato puedes mirar por la ventana y ver verdes, montes, piedra, un paisaje que encaja con el estilo del restaurante y potencia la experiencia. Y aunque es un sitio con dos estrellas Michelin, no se siente distante ni elitista. Al contrario: hay un ambiente cercano que hace que te encuentres muy a gusto desde el primer minuto. ¿Puntos menos buenos? Evidentemente, el precio. No es un sitio para ir cada semana. Es un restaurante para una ocasión especial o un homenaje. También es absolutamente imprescindible reservar con bastante antelación porque suele estar lleno. Y si no te gusta la cocina creativa, puede que no sea tu estilo. Pero si te apetece vivir algo diferente, es un acierto seguro. En resumen: Casa Marcial es magia culinaria en medio de la montaña asturiana. Un sitio que emociona, que sorprende y que demuestra por qué es uno de los restaurantes más importantes del país. Yo volvería sin pensármelo dos veces.

Fuimos ocho amigas y amigos. Una experiencia gastronómica inolvidable. La comida fue simplemente espectacular. Fusión de sabores, originalidad y mucho mimo. El personal fue muy atento, siempre asegurándose de que todo estuviera perfecto. Especial mención a la amabilidad y profesionalidad de Joan, el sommelier. Degustamos excelentes vinos y una explicación muy agradable de su parte. Experiencia muy recomendable.

Hemos tenido una gran experiencia, donde el gusto y el olfato han sido los protagonistas,casi tres horas que ha durado la experiencia en la que hemos disfrutado de una comida espectacular y una atención inmejorable donde todas las personas que nos han atendido han mostrado una atención esquisita, destacar a Noemí que ha estado muy pendiente de nosotros y nos ha parecido encantadora.