Casa Manolo en Daimús

La fama que precede a casa manolo corresponde a lo que recibes en cada visita, una parada obligada.

Hemos comido, y ha sido una experiencia muy chula, Manolo ha sido un magnífico anfitrión, ha compartido con nosotros su pasión por la comida. El sitio privilegiado al lado del mar, tranquilo donde degustar su cocina. Gracias Manolo.

Un sitio, espectacular. El servicio, excelente. La comida, impresionante. Las vistas, de ensueño. Sin duda, volveré y si puedo, muchas veces.

Muy buena experiencia. Para empezar las vistas son impresionantes! Cogimos el menú calma y fue un acierto. El mismísimo chef nos atendió personalmente y nos fue explicando todos los platos. Además era súper atento. El entrante de huevo estaba sencillamente brutal!! De segundo pedimos paella y aunque las he probado mejores, estaba deliciosa. Además sabían que era mi cumpleaños y me trajeron un pequeño pastel sorpresa, y no nos cobraron el suplemento del postre. Pequeños detalles que marcan la diferencia. En general, muy recomendable!!

Restaurante muy recomendable por sitio muy bonito con unas vistas increíbles al mar, cocina muy muy rica( elegimos el menú alma) y el servicio y atención muy buena. Relación calidad /previo muy buena. Volveremos

Hemos ido a comer hoy, 21 de septiembre, con mis padres e hijas, de celebración familiar. Ya conocíamos el restaurante, así que hemos pedido el menú CALMA que resulta estupendo en relación calidad/precio. Los 6 entrantes son estupendos. El hervido valenciano es un espectáculo de sabor tradicional. El bikini de sepia replica muy bien el típico bocadillo de la zona. El buñuelo de bacalao, equilibrado y muy rico. La berenjena con papada deja el listón muy alto. Pero el huevo ibérico llega a superarla, terminando los primeros pases con un exquisito plato digno de repetir y mojar pan hasta hartarse. Como principal, hemos comido la estupenda fideuá con su toque especial: un sabor inolvidable. Y para rematar, los postres, de los cuales no sabría decir cuál es el más sabroso. Un lujo comer viendo y escuchando el mar mediterráneo, con un servicio impecable. El Chef Manolo ha estado todo el tiempo muy atento y cercano. No ha podido ser más cariñoso con mis ancianos padres y con mi hija pequeña. Destaco su amor y respeto por los productos de nuestra tierra, a los que consigue sacar el máximo partido con gran sabiduría y cultura culinaria. Da gusto escucharle explicar cada plato, y es admirable que conserve la misma humildad de cuando era un chaval, hace más de 40 años, y yo iba con mis padres a comer en el restaurante original de su familia. Sin duda, volveremos a repetir.

Hemos ido a comer hoy, 21 de septiembre, con mis padres e hijas, de celebración familiar. Ya conocíamos el restaurante, así que hemos pedido el menú CALMA que resulta estupendo en relación calidad/precio. Los 6 entrantes son estupendos. El hervido valenciano es un espectáculo de sabor tradicional. El bikini de sepia replica muy bien el típico bocadillo de la zona. El buñuelo de bacalao, equilibrado y muy rico. La berenjena con papada deja el listón muy alto. Pero el huevo ibérico (foto 1) llega a superarla, terminando los primeros pases con un exquisito plato digno de repetir y mojar pan hasta hartarse (la clara frita es alucinante). Como principal, hemos comido la estupenda fideuá con su toque especial: un sabor inolvidable (foto 2). Y para rematar, los postres, de los cuales no sabría decir cuál es el más sabroso. Un lujo comer viendo y escuchando el mar mediterráneo, con un servicio impecable. El Chef Manolo ha estado todo el tiempo muy atento y cercano. No ha podido ser más cariñoso con mis ancianos padres y con mi hija pequeña. Destaco su amor y respeto por los productos de nuestra tierra, a los que consigue sacar el máximo partido con gran sabiduría y cultura culinaria. Da gusto escucharle explicar cada plato, y es admirable que conserve la misma humildad de cuando era un chaval, hace más de 40 años, y yo iba con mis padres a comer en el restaurante original de su familia. Sin duda, volveremos a repetir.

😋 Delicioso! Hacen de la sencillez un arte culinario. Adaptan el menú si hay alguna intolerancia, en mi caso el gluten. Solo falta que puedan hacer una fideua sin gluten ( el chef dijo que si).

Bien en general buen servicio buen ambiente y limpio aunque las raciones en mi opinión un poco cortas pero exquisitas.

Hemos elegido el menú degustación más largo de todos. No nos disgustó, y aunque estaba todo muy elaborado, a veces es mejor centrarse en mejorar un plato antes de empezar a innovar otros. El personal muy amable, pero alguno tenía problemas explicando los platos con detalles. El chef Manuel se acerco al final, muy amable.