Casa Dominganes en Nava

Cena de platillos al centro de mesa, buen género sobre todo los quesos Asturianos y las dos sidras que probamos, servicio esmerado atento, quizás un leve pero seria el bullicio debido a un partido de fútbol y el volumen de la TV pero un sitio recomendable.

Un sitio para comer y beber excepcional. La comida es deliciosa y variada, la atención por parte de los camareros es acogedora y profesional, teneís a unos cracks como Guille y Gema (por mencionar algunos) aunque todos soís maravillosos. Nos encanta este sitio por la atención, la calidad de la comida, el ambiente, la cocina y el profesionalismo de todos, por lo cual sin lugar a dudas lo recomendamos. En verano tienen la terraza trasera y lateral que es muy agradable. A tomar en cuenta: no cuenta con garaje, sin embargo a unos metros hay sitio de sobra para aparcar gratis, bien sea en el museo de la sidra o en la calle. Recomendación: el pote, la tarta lotus y el cachopo. También mencionar que en la carta tienen opciones sin gluten, o bien algunos platillos pueden adaptarlos.

Comida de batalla, pero está rica. Dentro hacía frío y no nos pudimos quitar el abrigo. Las camarera rubia de polo corto que nos atendió era ‘miss simpatía’ (modo ironía on).

Sitio bien. Croquetas muy ricas, cabritín exquisito y buena sidra para acompañar. La tarta de la abuela bien sin destacar. Servicio muy rápido y buen precio

Facia falta un lugar así pa comer en Nava.todo muy rico y muy buen preciu.el rabo de toro buenisimo y les tartes de Quesu,la de lotus,de rellambese.el tratu de los camareros muy buenu y gente muy joven

Muy caro para un simple y pequeño restaurante d un pueblo

10/10! El servicio como la comida. La camarera fue atenta, muy agradable y divertida. ¡Nos lo pasamos genial! Todo muy bueno, las cebollas rellenas de bonito estaban increíbles y las milhojas de manzana y pistacho excelentes!

Menú de Nochevieja para traer a casa riquísimo y muy bien de precio. Muy agradable el chico joven que nos atendió. Para repetir sin ninguna duda.

Acudimos la noche de un sábado a cenar a esta sidrería. El personal fue muy amable educado en todo momento. Respecto a la comida, tanto los calamares frescos y los escalopines al cabrales estaban muy ricos; el pastel de centollo nos pareció que estaba un poco seco y no muy sabroso. La sidra muy rica también y la tarta de queso buenísima, así como el helado que la acompañaba. Hubo una cosa que vimos y que no nos gustó, había una chica en la cocina que manipulaba los alimentos (por ejemplo el pastel) sin guantes, cuando el resto de personal de la cocina si los llevaba. No se si es practica habitual pero nos chocó un poco, además cuando la cocina estaba bastante a la vista.

Muy bueno, hemos comido en el mejor sitio en una semana que llevamos en Asturias, muy bien atendidos y lo mejor ha sido la calidad y cantidad la próxima vez que volvamos por la zona volveremos al restaurante, Diez personas y una mascota y todo han sido atenciones.